El Señor Está Cerca

Sábado
13
Mayo

Antes de la honra está la humildad.

(Proverbios 18:12 RVA-2015)

La importancia de la humildad

Este es un versículo simple y corto escrito por Salomón, pero ¡cuánto significado hay en él! Su verdad está entretejida a lo largo de las Escrituras, de hecho, está en el corazón mismo del cristianismo, sin embargo, ¡cuán poco de su espíritu vemos entre el pueblo de Dios! Cuántas veces se busca el honor sin la precedente y necesaria gracia de la humildad.

Cuando la serpiente tentó a nuestros primeros padres, su sugerencia fue: “Seréis como Dios” (Gn. 3:5). Todos conocemos las consecuencias desastrosas que trajo este intento de «ser iguales a Dios». En contraste con esto, vemos a nuestro Señor Jesús, el cual, siendo “en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo” (Fil. 2:6-7). La bendita respuesta a esta profunda humillación fue que Dios “le exaltó hasta lo sumo”. Fue un despliegue divino que encarnó la misma esencia del proverbio de Salomón. En contraste con esto, a los que desean ocupar el «primer lugar» se les recuerda que el “que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido” (Lc. 14:11).

Entre los discípulos surgió una discusión acerca de cuál de ellos “debía ser considerado como el mayor” (Lc. 22:24 NBLA). Cristo tuvo que lidiar recurrentemente con este tema, pues tristemente se trató de una discusión común entre los suyos mientras estaba en la tierra. Trágicamente, ¡este sigue siendo un tema recurrente entre los creyentes, y una de las principales causas de disputa! A veces surge la pregunta:

«¿Cómo debe vestirse un cristiano?». Está es la respuesta: «Revestíos de humildad… Humillaos… bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo» (1 P. 5:5-6).

El que está abatido no debe tener temor de caer; el que está abatido no debe ser orgulloso; y el que es humilde siempre tendrá a Dios como su guía. Cuando le lavó los pies a sus discípulos en el aposento alto, Cristo les enseñó (ante el desconcierto de ellos) que la verdadera humildad no es un ejercicio teórico o académico, sino práctico. Los que siguen su ejemplo son bienaventurados (Jn. 13:17).

Brian Reynolds

arrow_upward Arriba