El Señor Está Cerca

Miércoles
22
Marzo

Volvió por sus jornadas desde el Neguev hacia Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Bet-el y Hai, al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Jehová.

(Génesis 13:3-4)

Abram y Lot: Andar por fe o por vista

Abram era un hombre de fe, aunque, como nosotros, a veces tropezó en el camino de la fe. Sin embargo, nada podía satisfacer su alma sino volver al lugar de bendición del que se había alejado. Como toda persona verdaderamente restaurada, vuelve sobre sus pasos, paso a paso, hasta que lo encontramos como forastero y peregrino con su tienda, como adorador con su altar y como hombre dependiente que invoca el nombre del Señor.

Cuando Abram dejó Harán, en pocas palabras leemos que Lot lo acompañó. Lot representa a una gran cantidad de personas que han tomado una posición correcta, pero que lo han hecho bajo la influencia de alguien más, en lugar de hacerlo a partir de un compromiso personal y de corazón, y por fe en Dios. Cuando llega la prueba, los creyentes que caminan a la sombra de otros se desmoronarán y abandonarán un camino que no posee nada atractivo para la carne, al que se han comprometido sin haber tenido ningún ejercicio previo, y para el cual no poseen una fe y convicción personal.

Como mencionamos más arriba, la restauración de Abram fue completa, pero su caída trajo consecuencias para su sobrino. Teniendo ahora que elegir su propio camino, Lot muestra que el mundo había llenado su corazón. Sin buscar la dirección de Dios, escogió por vista las atractivas llanuras del Jordán, las cuales le prometían una vida fácil y llena de abundancia.

Por otro lado, Abram tenía ante sus ojos la patria celestial, por lo cual pudo renunciar al mundo actual con sus promesas de comodidad y abundancia. Se contentó con seguir el camino que Dios había escogido para él, sabiendo que este culminaría en la tierra prometida con todas sus bendiciones.

Hamilton Smith

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