No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.
En este versículo, el apóstol expresa la necesidad de no conformarnos al mundo y de la renovación de nuestras mentes. Estos dos imperativos están definitivamente unidos entre sí, pues si hemos de caminar diferente que el mundo y no conformarnos a sus caminos, entonces también pensaremos diferente que él. En el griego, la palabra «transformación» es «metamorphoo», de donde proviene la palabra castellana «metamorfosis». Debe existir una transformación de nuestras mentes por medio de la renovación de nuestros patrones de pensamiento y nuestra cosmovisión.
Antes de ser salvos éramos impulsados por la «voluntad de la carne y de los pensamientos» así como por el «príncipe de la potestad del aire» (Efe. 2:3, 2). Nuestras mentes estaban entenebrecidas y controladas por estas influencias nocivas. Pero ahora el Espíritu Santo opera en la renovación de nuestra forma de pensar (si se lo permitimos), y esto generará una transformación, una «metamorfosis». Él hace esto por medio de la Palabra de Dios. A medida que leemos y meditamos en la Palabra, y comenzamos a tener el hábito de pensar escrituralmente, esto hará que seamos renovados en el espíritu de nuestras mentes (Efe. 4:23). Pedro también nos dice que debemos desear la «leche pura [y mental; JND] de la Palabra» (1 Pe. 2:2; la nota al pie de la versión JND dice: ««mental» tiene el sentido de algo apto para las facultades racionales –la mente en contraste con el cuerpo»).
Junto con la meditación de la Palabra, siempre debemos mantener nuestras mentes ocupadas con todo lo que es verdadero, digno, justo, puro, amable, honorable o de buen nombre (Fil. 4:8). Pablo nos exhorta a pensar en estas cosas. Evitemos llenar nuestras mentes con el mal que hay en el mundo y que se promociona por sus medios de comunicación. Alguien dijo sabiamente: «La clave para la paz interior y el poder exterior reside en estar siempre ocupado con lo que es bueno». Deseemos esta transformación de nuestro entendimiento, como también oímos decir: «La batalla comienza con la mente».
Brian Reynolds