El Señor Está Cerca

Jueves
9
Junio

Orad que no entréis en tentación.

(Lucas 22:40)

La falta de oración conduce a la caída

¿Cuál es la causa de la mayoría de las caídas? Creo que, como regla general, una de las causas principales es la falta de oración en lo privado. Obviamente, la historia escondida detrás de las caídas no será conocida hasta el día final. Solo puedo dar mi opinión como siervo de Cristo y estudiante del corazón. Esa opinión es que la caída generalmente comienza con la falta de oración en privado.

La Palabra de Dios siendo leída sin oración; los sermones siendo oídos sin oración; compromisos matrimoniales sin oración; viajes realizados sin oración; elección de vivienda sin oración; amistades formadas sin oración. La oración privada se realiza rápidamente o ni siquiera se lleva a cabo –estos son el tipo de pasos descendentes que muchos cristianos toman hacia una condición de parálisis espiritual, hasta que llegan a un punto en el que Dios permite que fracasen tremendamente. Este es el proceso que forma a personas adormecidas como Lot; inestables como Sansón; idólatras de sus esposas como Salomón; inconsistentes como Asa; maleables como Josafat; sobrecargados como Marta; características que podemos hallar en muchas personas en la Iglesia. A menudo, la simple historia de tales casos es esta: se han vuelto descuidados en lo que respecta a la oración en privado.

Estamos seguros que los hombres caen en privado mucho antes de lo que caen en público. Han fracasado en estar de rodillas mucho antes de haber caído abiertamente a los ojos del mundo. Como Pedro, primero desatienden la advertencia del Señor en cuanto a velar y orar; y luego, sus fuerzas se agotan, y en la hora de la tentación, terminan negando a su Señor. Para quienes leen esto, y son realmente cristianos, confío que jamás caigan miserablemente a los ojos del mundo. Pero si deseas que ese no sea tu caso, recuerda este consejo que te doy el día de hoy: ocúpate en la oración.

J. C. Ryle

Vela, como si solo de eso dependiera tu día;
Ora para recibir ayuda de lo alto: vela y ora.

Charlotte Elliott

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