Se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos.
El último capítulo de Zacarías describe vívidamente el retorno del Señor Jesús en poder y majestad, señalando inclusive el lugar donde sus pies volverán a tocar la tierra por primera vez: El monte de los Olivos, el lugar desde donde subió al cielo hace cerca de 2000 años atrás (Hch. 1:9-12).
El retorno de nuestro Señor Jesucristo a Jerusalén generará cambios inmensos, no solo para la ciudad, para Judá, y para Israel, sino también para todas las naciones y pueblos de la tierra. Su primera venida y las enseñanzas que dejó han causado grandes resultados morales en algunas partes del mundo, sin embargo, la Escritura no nos dice que todo el mundo se convertirá a causa de ellas. Lo que sí se nos dice es que los grandes cambios a nivel mundial se efectuarán en el momento de su segunda venida. Él primero tratará con Jerusalén, y desde aquel lugar se irradiará bendición y orden a toda la tierra, y todas las naciones reconocerán al Rey cuyo trono estará establecido allí.
Él recibirá gloria y honra en la misma ciudad donde sufrió indignamente en su primera venida. En Jerusalén, donde se convirtió en la canción de los borrachos (Sal. 69:12 LBLA) y la burla de los eruditos, Él será reverenciado y estimado. Sí, donde lo azotaron, golpearon, escupieron, donde le arrancaron la barba, y le dijeron: “¡Fuera, fuera, crucifícale!”, allí los hombres le obedecerán, servirán, agradecerán y alabarán; al mismo tiempo que clamarán: «¡Bendito su santo Nombre eternamente y para siempre! En el mismo lugar en que lo condenaron a muerte, ellos dirán: “¡Para siempre viva el Rey!” En el mismo lugar que lo entregaron a las naciones para crucificarlo, todas las naciones vendrán a adorarlo. Aquel que una vez fue despreciado y rechazado, entonces será glorificado y proclamado por todos los hombres.
H. J. Vine
