Índice general
Dios primero
Basado en una meditación sobre 2 Corintios 1 al 4
Autor:
La fidelidad y la aprobación del Señor
Tema:Traducido de «Le Messager Évangélique», año 1988, página 275
1 - Introducción
Las circunstancias en las que se encontraba Pablo cuando escribió esta Segunda Epístola eran más difíciles que cuando redactó la Primera. Externamente, se encuentra en condiciones muy difíciles; interiormente, tiene una relación más feliz con los corintios. La Primera Epístola muestra que el apóstol estaba muy preocupado por sus queridos corintios porque no se ponían ante Dios. Y cuando no estamos delante de Dios, queridos amigos, se abre la puerta a todo lo que el hombre es. Espero que cada uno de nosotros comience a estar un poco cansado de lo que es el hombre.
Si no estamos ante Dios, estamos ante el hombre, y cuántas veces no comprobamos, incluso entre nosotros, que la preocupación por aparecer ante los hombres pasa por delante de la de estar ante Dios.
2 - El gran principio de la vida cristiana
Quizás no haya una marca más segura de la piedad en un cristiano que ser gobernado por este principio: Dios primero. Dos palabras: Dios primero. En todo lo que tengo que hacer, Dios primero. ¿Qué piensa Dios de mí? ¿Qué tiene Dios que decirme? ¿Qué hará Dios conmigo?
3 - El creyente llevado a la presencia de Dios
Es cierto que el pensamiento de Dios es más importante que el de los hombres de todo el mundo. Esto no es para dejar de lado en todos los casos el pensamiento de los cristianos y a menudo sucede que Dios nos ayuda a tener su pensamiento sirviéndose de sus hijos. Pero el objetivo a alcanzar, y sin el cual nada feliz se puede hacer, es que seamos llevados a la presencia de Dios, y esto con respecto a todas las cosas.
Tendremos que terminar estando ante Dios. Tarde o temprano, todos compareceremos ante Él. Los creyentes serán manifestados ante el tribunal de Cristo y los incrédulos, al final, serán juzgados ante el gran trono blanco. Hay un momento y un lugar para este encuentro inevitable, este solemne cara a cara de todo hombre con Dios. Uno podría haber huido de él durante toda una vida y los hombres podrían haberse ayudado unos a otros a huir de este encuentro durante toda una vida; esto es solo una poderosa artimaña del adversario, el diablo, que quiere llevar a los hombres con él a su propio fin.
4 - No mañana, sino hoy
Mañana es la palabra con la que adormece las conciencias, y todos siguen el mismo camino: mañana arreglaré mis cuentas; mañana pensaré en Dios. Dios dice: hoy es el día favorable, ya sea para la vida del cristiano y el orden que debe poner en ella, o para alguien que, día tras día, hora tras hora, desde hace 10 o 20 años, retrasa ese plazo que le asusta de tener que encontrarse con Dios.
Por lo tanto, el apóstol tenía el corazón más feliz en la Segunda Epístola que en la Primera; esto se ve primero en lo que dice de sí mismo y luego en lo que dice de los corintios. Les dice cosas más felices y desarrolla más los consejos de Dios en la Segunda Epístola que en la Primera, lo que nos confirma que la enseñanza que debe darse a los cristianos depende del estado de ellos.
5 - ¿Cuál es nuestro cristianismo? Una mirada al del apóstol Pablo en comparación
Exteriormente, el apóstol está muy cargado en la Segunda Epístola. Nos contentamos con un cristianismo tranquilo en el que Dios nos dejaría hacer lo que queramos, con la condición de que invoquemos el nombre del Señor. Este no es el cristianismo de Dios. Vemos a este querido apóstol en esta Segunda Epístola, muy cargado. Él dice: hemos sido sobrecargados en exceso, incluso hemos perdido la esperanza de vivir. La muerte casi lo golpeó; predicaba a Cristo y estaban dispuestos a matarlo para silenciarlo, si Dios lo hubiera permitido. Bajo esta amenaza de muerte, arma suprema esgrimida por el mundo y los enemigos de Jesús para golpear al siervo de Dios, se podría haber dicho: ¡va a ceder! Pablo dice: no, esta muerte que casi me golpea, ella me ha encontrado ya muerto.
6 - El secreto de la vida de Pablo
Probablemente no ha habido, queridos amigos, en toda la historia de la Iglesia un hombre como Pablo. Cuando lo amenazaban de muerte, encontraban a alguien que ya estaba muerto. Pablo estaba muerto; encontraban a un muerto. ¿Quieren matarme, quitarme la vida? ¡Oh! Me envían a Jesús, me liberan, me liberan. El grado de liberación alcanzado por Pablo es probablemente único. Mientras que, en nosotros, por desgracia, queridos amigos, muchas cosas que son mortales están muy vivas, ese es la diferencia. Y cuanto más fiel, piadoso y espiritual es un cristiano, más muere a los elementos de la vida mortal.
Hoy, si he progresado, debo dictar sentencia de muerte sobre elementos de mi vida mortal que antes dejaba vivir; en esto consiste el progreso.
En un mundo horrible, un mundo enemigo de Dios, un mundo donde la paloma, como en tiempos pasados después del diluvio, no sabe dónde poner el pie, el secreto para que el cristiano no se deje llevar es tomar su cruz todos los días, llevar, como dice Pablo: «Llevando siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús» (2 Cor. 4:10). ¿Qué significa esto: la muerte de Jesús? Jesús fue crucificado, yo también; Jesús murió, yo también, por la gracia de Dios. Esta liberación siempre buscada, nunca alcanzada por todos los sabios de todos los tiempos en el mundo, esta liberación, es la cruz de Cristo. Dios me da para acabar con el yo, para acabar con el mundo, para acabar con el pecado. Dios me ha matado en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Moralmente soy un muerto, y moralmente puedo vivir como un muerto «Llevando siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús». ¡He aquí la liberación! Sí, el secreto del poder de la vida cristiana es darse cuenta de que uno ha muerto con Jesús.
7 - La enseñanza de 2 Corintios 4
Y para establecer el equilibrio, en el capítulo 4 tenemos el desarrollo del estado práctico de Pablo: «Pero tenemos este tesoro en vasos de barro» (4:7).
¡Qué cuadro el de la vida práctica de este siervo! Enfrentado por todos lados a adversarios, a falsos hermanos, temores por dentro, luchas por fuera, siempre presa de todo tipo de dificultades; el vaso estaba roto por todo tipo de choques que Dios permitía, para que la vida de Jesús brillara a través de ese vaso roto. El principio es siempre el mismo. No hay vida cristiana fuera de este terreno.
Cuando alguien nos insulta, cuando sentimos desprecio o nos dan la espalda porque nos ocupamos de la Palabra, no nos gusta en absoluto; no nos gusta la muerte; a nadie le gusta. Bueno, nos guste o no, Dios nos ha matado moralmente a todos los que creemos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo y nos dice que nuestro privilegio, el secreto de la vida cristiana, es comprender que estamos muertos.
8 - La preocupación de Pablo por todas las asambleas
Encontramos algo notable en el ejemplo de este siervo: las circunstancias externas no eran importantes para él. Lo que más preocupaba a Pablo era el estado de sus queridos hijos en la fe: los corintios, los gálatas, y eso también era lo que preocupaba su corazón; lo dice en esta Epístola: lo que lo tiene asediado; es como alguien contra quien se lanzan asaltos. Lo que me asedia es la preocupación por todas las asambleas. ¿Cómo se traducía esta preocupación? En oraciones, pero también en cuidados pastorales, exhortaciones y consuelos.
9 - Lo que significa traer consuelo
Al comienzo de esta Epístola, encontramos a un Pablo muy cargado, que toca las puertas de la muerte y, sin embargo, puede consolar a los demás. Fue consolado de tal manera por parte de Dios que fue capaz de consolar a otros en cualquier aflicción. Cuando experimentamos por nosotros mismos la virtud del consuelo de Dios, cuando nos falta todo, cuando estamos aplastados por las cargas que llevamos mientras sentimos la presencia de Dios, es entonces cuando tenemos la fuerza para ocuparnos de los demás. Pensaremos en ellos sin esperar a ser liberados de todas nuestras ocupaciones; podremos hacerlo si Dios está con nosotros y si nosotros estamos con Dios; entonces nos compadeceremos de los sufrimientos de los demás. Es la presencia de Dios la que permite realizar esta verdadera compasión que no es una compasión natural. Esta tiene su lugar y su precio en el ámbito de la naturaleza. Pero aquí estamos en el reino de Dios. Consolar a los demás en cualquier aflicción; ¿por qué? Porque Dios consuela a los humillados, todos lo hemos experimentado. Cuando alguien está humillado, Dios viene a él y la vida cambia por completo. Dios resiste a los orgullosos y da gracia a los humildes. Es un principio invariable: consuela a los humildes, a aquellos a quienes él mismo hace tales y a quienes se les da entonces la oportunidad de experimentar la presencia de Dios.
10 - La explicación de 2 Corintios 2:14-16
El apóstol declara en el capítulo 2 que era como llevado en triunfo, un olor a muerte para los muertos, un olor a vida para los vivos. Era similar a esos condenados que los emperadores romanos ponían detrás de su carro y que eran sacrificados después de la fiesta en las luchas de gladiadores. Un cristiano es un olor a muerte para los muertos, en este mundo; para todos aquellos que no tienen la vida de Dios, un cristiano difunde un olor a muerte. Si se sabe que es cristiano y habla de Cristo y de su cruz, corre el riesgo de ser un estorbo en todas partes de este mundo. Molesta. Este malestar, y a veces este odio, que inspira un creyente solo se explica de una manera: es el poder del diablo sirviéndose de los hombres para oponerse a los cristianos. El diablo conoce bien el poder de la cruz, lo ha experimentado. El diablo fue vencido en la cruz, y cuando hablamos de muerte y resurrección de Jesús, levantamos una bandera que al diablo no le gusta ver en este mundo. Tolerará todo tipo de banderas, pero esta no le gusta: un olor a muerte para la muerte, un olor a vida para la vida.
Alguien que tiene la vida de Dios encuentra su deleite al escuchar hablar de la cruz de Jesús. En la cruz de Jesús todos nuestros enemigos han sido vencidos; en la cruz de Jesús estoy muerto y vivo; ¡estoy muerto con Cristo y vivo con Cristo al otro lado de la muerte! El crucifijo de Jesús es mi vida, es mi muerte. En el crucifijo de Jesús, Dios me liberó del yo, pero al mismo tiempo me dio una vida que es la de Jesús.
Por eso, queridos amigos, todas las enseñanzas que nos da la Palabra están ligadas a la muerte de Cristo y si nos alejamos del crucifijo de Jesús de una forma u otra, tendremos un cristianismo agradable, muy cómodo, un cristianismo para todos, pero que deja morir a los muertos; mientras que el cristianismo de Dios hace vivir a los muertos y les da vida.
11 - La enseñanza de 2 Corintios 3:2-3. Ser la carta de Cristo
En el capítulo 3 tenemos este pensamiento que el apóstol expresa por el Espíritu Santo: «Nuestra carta sois vosotros, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres; siendo manifiesto que sois una carta de Cristo, redactada por nuestro ministerio, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo, no en tablas de piedra, sino en tablas de corazones de carne». He aquí una carta de Cristo escrita por el ministerio de Pablo y por el Espíritu del Dios vivo. El Espíritu Santo había grabado en el corazón de los corintios la persona misma de Cristo y por eso los corintios eran la carta de recomendación de Pablo. Si alguien dijera: pero ¿quién es ese Pablo al que nunca hemos visto y que no conocemos? ¿Queréis saber quién es ese Pablo? Pues mirad esta asamblea de Corinto. El propio hecho de que existiera esta asamblea era la carta de recomendación de Pablo. Pablo había trabajado en Corinto. El Espíritu Santo había obrado en los corazones y las conciencias a través de él, y si se le pedía a Pablo una carta de recomendación, él decía: “Aquí está mi carta, es la asamblea de Corinto”. No estaba en muy buen estado, sobre todo en la Primera Epístola; la lectura era un poco difícil, los caracteres de la verdad eran bastante indescifrables; había en Corinto barro en el testimonio de la asamblea, cosas que oscurecían el testimonio y disminuían su poder. Entonces el apóstol les había escrito la Primera Epístola que había aclarado la situación de Corinto, de modo que lo que estaba escrito de parte de Dios comenzaba a ser más legible.
Esto es cierto para cada uno, para una asamblea, para un individuo. He aquí un cristiano, debería ser una carta; al ver a este cristiano, debería decirse: he aquí alguien en quien se puede leer a Cristo, se puede leer lo que es Dios, reconocer los caracteres de Dios. Esto es lo que dice el Señor: «Vosotros sois la luz del mundo» (Mat. 5:14). Esto significa que, al ver a un cristiano, los no convertidos deben poder leer lo que es Dios. Dios es invisible, el cristiano debe hacerlo visible a través de su conducta y sucede que un cristiano, después de haber caminado de una manera que hace visible a Dios a los ojos de los incrédulos, deja que el lodo se ponga en esta carta, en su testimonio. Y entonces, el Espíritu Santo trabaja para llevar a este cristiano a purificarse. Velemos porque nuestra luz brille así ante los hombres. El cristiano está en este mundo para eso. Si un cristiano habla, vive y camina como un hombre del mundo, eso muestra que una multitud de cosas han oscurecido o apagado el resplandor que debe emanar de su vida. Ese cristiano ya no sirve para nada. Si la sal ha perdido su sabor, se la echa fuera, es el Señor quien lo dice; no sirve para nada.
12 - Lo que hace el diablo y las preguntas que los creyentes deberían hacerse
Y el diablo hace todo lo posible para echar lodo sobre el testimonio externo del cristiano, porque si hay algo que el diablo no puede soportar es que un cristiano se parezca a Cristo; hace todo lo posible para que un cristiano se parezca al primer Adán. Que una asamblea local, una asamblea de Dios, sea como una carta escrita, es insoportable para el diablo; por eso los hermanos y hermanas deben orar sin cesar. Esto requiere una vigilancia continua. Que cada uno de nosotros se pregunte y responda con toda rectitud ante Dios: ¿He progresado o no en el último mes? ¿He buscado a Cristo con tanto o menos celo? ¿He tolerado cosas que no debería haber tolerado, o Cristo se ha vuelto más necesario para mí?
No hay que vivir en lo abstracto. El cristianismo es algo muy práctico, poderoso, preciso, es algo cotidiano. Decimos que amamos a Cristo, ¿qué lugar ocupa en nuestra vida, más o menos, desde hace un mes?
13 - No dejar que se interrumpa la comunión con Dios
Recuerdo a un hermano, un hombre de Dios que vivió y terminó como hombre de Dios y que decía: “A menudo debemos consultar el barómetro de nuestra vida espiritual, a menudo; y es el mismo que decía: no dejéis que se interrumpa la comunión con Dios”. ¿Es fácil no dejar que se interrumpa? Un cristiano que no disfruta de la comunión con Dios está lejos de Dios.
Que cada uno de nosotros vigile, queridos amigos, para no dejar que el barro se ponga en nuestro testimonio y ayudarnos unos a otros para ello; y pienso con más insistencia aún en la asamblea; los hermanos y hermanas deberían tener esto en mente, porque la asamblea tiene un testimonio particular que dar. Todo lo que le da menos espacio a Cristo, todo lo que tiende a hacer del cristianismo un conjunto de pequeñas verdades que dejan a cada uno durmiendo en su rincón y a cada uno con sus deseos, no es el cristianismo de nuestro Señor Jesucristo, en absoluto.
14 - Esforcémonos por agradarle
Y, para terminar, he pensado a menudo en este pasaje de 2 Corintios que hemos leído: «Sea presentes o ausentes, serle agradables» (5:9). Ya sea que estemos ausentes del Señor, es decir, que estemos todavía en la tierra cuando el Señor regrese o que ya estemos reunidos con él, no importa, nos esforzamos por agradarle. Pero es mejor estar ausentes del cuerpo y presentes con el Señor.
15 - El deseo de estar con el Señor debería madurar a lo largo de nuestra vida
Queridos amigos, si nos tomaran por sorpresa, tal vez no siempre podríamos decir: es verdad, Señor, prefiero irme y estar contigo. Quizá haya muchas cosas que dejar, cosas mortales, cosas que incluso podemos considerar legítimas. Se entiende que un joven cristiano entre en la vida con diversas perspectivas, cada edad tiene sus condiciones, pero lo que sería deseable es que a medida que avancemos en la vida cristiana nos demos cuenta de una cosa, que es preferible estar ausentes del cuerpo y presentes con el Señor.
¡Que nuestro corazón esté con Cristo donde él está! Que nuestro corazón se adelante al momento en que estaremos con él; y si un cristiano anciano está apegado a las cosas normales e incluso legítimas con tanta fuerza como un cristiano joven, bueno, queridos amigos, ¿es eso lo que al Señor le gusta ver? ¿No le gusta más al Señor, cuando avanzamos en la vida cristiana, vernos madurar para el momento en que estemos con él? Que nadie sobrepase su medida de fe, sino que a todos se les dé crecer en la fe, en la realización de Cristo en nuestro corazón y en nuestra vida.