Índice general
Falsas o verdaderas doctrinas
Autor:
La asamblea reunida La decadencia, la ruina, el declive, los remanentes Lo que es contra la verdad
Temas:Advertencias para diferenciar, en las enseñanzas que recibimos, lo que viene de la Palabra de Dios, de aquellas que provienen de los hombres, las cuales ellos han producido para abusar, si fuera posible, incluso a los creyentes.
Debemos estar atentos, en particular en la actualidad, cuando de todas partes oímos doctrinas que no pertenecen a la Palabra de Dios, e incluso la contradicen.
1 - Falsas doctrinas
1.1 - Destruyen la fe
«Se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya tuvo lugar, y trastornan la fe de algunos» (2 Tim. 2:18).
1.2 - Son una abominación para Dios
«Pero tengo contra ti unas pocas cosas: que tienes ahí a los que sostienen la doctrina de Balaam, que enseñó a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, incitándolos a comer de lo sacrificado a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que igualmente sostienen la doctrina de los nicolaítas» (Apoc. 2:14-15).
1.3 - Son inútiles y vanas
«Pero evita las cuestiones insensatas, las genealogías, las contiendas y las disputas sobre la ley; porque son sin provecho y vanas» (Tito 3:9).
«No os dejéis engañar por doctrinas diversas y extrañas; porque es bueno afirmar el corazón por la gracia, no por alimentos ceremoniales, que de nada han aprovechado a los que los han comido» (Hebr. 13:9).
1.4 - Deben evitarse por:
1.4.1 - Los siervos de Dios
«Ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que producen disputas, en vez de cumplir el plan de Dios que es por la fe…» (1 Tim. 1:4).
«Oh Timoteo, guarda lo que se te confió. Evita los profanos y vanos discursos, y las objeciones de la falsamente llamada ciencia» (1 Tim. 6:20).
1.4.2 - Los santos
«Para que ya no seamos niños pequeños, zarandeados y llevados por todo viento de doctrina por la astucia de los hombres que con habilidad usan de artimañas para engañar» (Efe. 4:14).
«Mirad que nadie os lleve cautivos por medio de la vana y engañosa filosofía; conforma a la tradición de los hombres, según los elementos del mundo, y no según Cristo» (Col. 2:8).
1.4.3 - Todos los hombres
«Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros» (Jer. 23:16-17).
«Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos; ni atendáis a los sueños que soñáis. Porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre; no los envié, ha dicho Jehová» (Jer. 29:8-9).
1.5 - Los malvados aman estas doctrinas
«Porque vendrá tiempo en que no soportarán la sana doctrina; sino que, teniendo comezón por oír, se amontonarán para sí maestros, conforme a sus propias concupiscencias; y apartarán el oído de la verdad y se volverán a las fábulas» (2 Tim. 4:3-4).
1.6 - Los malvados inducidos a creer la mentira
«Por esto, Dios les envía una energía de error, para que crean a la mentira; para que sean juzgados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia» (2 Tes. 2:11-12).
1.7 - Los que enseñan estas doctrinas
1.7.1 - No deben ser recibidos
«Si alguien viene a vosotros y no trae esta enseñanza, no le recibáis en casa, y no lo saludéis; porque el que lo saluda com parte sus malas obras» (2 Juan 10-11).
1.7.2 - Deben ser evitados
«Pero os ruego, hermanos, que estéis atentos a los que causan divisiones y escándalos, contrarios a la enseñanza que habéis aprendido, y que os apartéis de ellos; porque esos no sirven a Cristo nuestro Señor, sino a su propio vientre; y con palabras suaves y lisonjeras engañan los corazones de los ingenuos» (Rom. 16:17-18).
1.7.3 - Calumnian el camino de la verdad
«Por causa de ellos el camino de la verdad será blasfemado» (2 Pe. 2:2).
1.7.4 - Enseñan cosas perniciosas
«Y de entre vosotros mismos se levantarán hombres hablando cosas perversas, con el fin de arrastrar a los discípulos tras de sí» (Hec. 20:30).
1.7.5 - Muchos los seguirán
«Y muchos seguirán su libertinaje» (2 Pe. 2:2).
1.7.6 - Engañarán a muchos
«Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos» (Mat. 24:5).
1.7.7 - Abundarán en los últimos días
«Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus engañosos y a enseñanzas de demonios» (1 Tim. 4:1).
1.7.8 - Pervierten el Evangelio de Cristo
«Me asombro de que tan pronto os apartéis del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; no que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo» (Gál. 1:6-7).
1.7.9 - Su insensatez será manifiesta
«Pero no avanzarán más; porque su insensatez se hará manifiesta a todos, como también lo fue la de aquellos» (2 Tim. 3:9).
1.8 - Estos maestros, están descritos como:
1.8.1 - Crueles
«Yo sé que después de mi partida entrarán entre vosotros lobos voraces, que no perdonarán el rebaño» (Hec. 20:29).
1.8.2 - Engañadores
«Porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo» (2 Cor. 11:13).
1.8.3 - Codiciosos
«A quienes es necesario tapar la boca; estos trastornan familias enteras, enseñando lo que no conviene, por ganancia deshonesta» (Tito 1:11).
«Y por avaricia abusarán de vosotros con palabras engañosas. Hace tiempo que el juicio de los cuales no se tarda, y su destrucción no se duerme» (2 Pe. 2:3).
1.8.4 - Sin Dios
«Porque han entrado con disimulo ciertos hombres, los cuales desde hace tiempo estaban destinados para este juicio, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo… De la misma manera también estos soñadores ensucian la carne, desprecian a las potestades y blasfeman las glorias celestiales» (Judas 4, 8).
1.8.5 - Orgullosos e ignorantes
«Si alguien enseña algo distinto y no está de acuerdo con estas sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y con la enseñanza que es según la piedad, está hinchado de orgullo, nada sabe, sino que delira acerca de cuestiones y disputas de palabras, de donde nacen envidias, discordias, maledicencias, malas sospechas» (1 Tim. 6:3-4).
1.8.6 - Corruptos y réprobos
«De la manera que Janes y Jambres se opusieron a Moisés, así también estos se oponen a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe» (2 Tim. 3:8).
1.9 - Puestos a prueba por la Escritura
«¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido». «Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo» (Is. 8:20; 1 Juan 4:1).
1.10 - Sean anatema los que enseñan estas doctrinas
«Pero si incluso nosotros o un ángel del cielo os predicara un evangelio diferente del que nosotros os hemos predicado, ¡sea anatema! Como antes hemos dicho, otra vez lo repetimos: ¡Si alguien os predica un evangelio distinto del que habéis recibido, sea anatema!» (Gál. 1:8-9).
1.11 - Castigo a estos maestros
«Por tanto, de la profecía se os hará noche, y oscuridad del adivinar; y sobre los profetas se pondrá el sol, y el día se entenebrecerá sobre ellos. Y serán avergonzados los profetas, y se confundirán los adivinos; y ellos todos cerrarán sus labios, porque no hay respuesta de Dios» (Miq. 3:6-7).
«Pero también hubo falsos profetas entre el pueblo, como también entre vosotros habrá falsos maestros, los cuales introducirán furtivamente herejías destructoras, negando al Señor que los compró, atrayendo para sí mismos rápida destrucción… Y por avaricia abusarán de vosotros con palabras engañosas. Hace tiempo que el juicio de los cuales no se tarda, y su destrucción no se duerme» (2 Pe. 2:1-3).
2 - Doctrinas de la Escritura Santa
2.1 - Proceden de Dios
«Les respondió Jesús, y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió» (Juan 7:16).
«Entonces el procónsul, viendo lo sucedido, creyó, impresionado por la doctrina del Señor» (Hec. 13:12).
2.2 - Están propagadas por la Escritura
«Toda la Escritura está inspirada por Dios, y útil para enseñar, para convencer, para corregir, para instruir en justicia» (2 Tim. 3:16).
2.3 - Son conformes a la piedad
«Si alguien enseña algo distinto y no está de acuerdo con estas sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y con la enseñanza que es según la piedad», «Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad» (1 Tim. 6:3; Tito 1:1).
2.4 - Condenan la inmoralidad
«Conociendo esto, que la ley no es para el justo, sino para los inicuos e insumisos, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cualquier otra cosa que se oponga a la sana doctrina, conforme al evangelio de la gloria del bendito Dios, que me fue confiado» (1 Tim. 1:9-11).
2.5 - Conducen a la comunión con el Padre y con el Hijo
«Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros. Y con certidumbre nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo», «Todo el que se adelanta y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la enseñanza, este tiene al Padre y al Hijo» (1 Juan 1:3; 2 Juan 9).
2.6 - Llevan a la santidad
«Pero gracias a Dios que, cuando erais esclavos del pecado, habéis venido a ser obedientes de corazón a la forma de doctrina en la que habéis sido instruidos; y siendo liberados del pecado, vinisteis a ser esclavos de justicia. (Hablo como los hombres, a causa de la debilidad de vuestra carne). Porque de la manera que presentasteis vuestros miembros como esclavos a la impureza y a la iniquidad, para iniquidad, así ahora presentad vuestros miembros como esclavos a la justicia, para santificación. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres respecto a la justicia. ¿Qué fruto, pues, teníais entonces de las cosas de que ahora os avergonzáis? Pues el fin de esas cosas es la muerte. Pero ahora, habiendo sido liberados del pecado, y hechos esclavos de Dios, tenéis vuestro fruto para santificación, y al final, vida eterna» (Rom. 6:17-22).
«Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos sobria, justa y piadosamente en el presente siglo» (Tito 2:12).
2.7 - No deben ser blasfemadas
«Todos los que están bajo yugo de servidumbre consideren a sus propios amos como dignos de todo honor, para que el nombre de Dios y la doctrina no sean blasfemados»; «a ser sensatas, puras, dedicadas a su casa, bondadosas, sumisas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada» (1 Tim. 6:1; Tito 2:5).
2.8 - Los siervos de Dios deben
2.8.1 - Alimentarse de ellas
«Si esto enseñas a los hermanos, serás un buen ministro de Cristo Jesús, nutrido en las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido con exactitud» (1 Tim. 4:6).
2.8.2 - Aplicarse a ello
«Hasta que yo venga, aplícate a la lectura, a la exhortación, a la enseñanza… Vela por ti mismo y por la enseñanza; persevera en estas cosas, porque haciendo esto no solo te salvarás a ti mismo, sino también a los que te escuchan» (1 Tim. 4:13, 16).
2.8.3 - Hablar de ella, con sinceridad
«Porque no somos como muchos que trafican con la palabra de Dios; sino que, con sinceridad, como de parte de Dios, delante de Dios, hablamos en Cristo»; «mostrándote tú mismo en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza, mostrando integridad, seriedad» (2 Cor. 2:17; Tito 2:7).
2.8.4 - Estar apegado a ella
«Retén el modelo de las sanas palabras que oíste de mí, en fe y amor en Cristo Jesús»; «retenedor firme de la palabra fiel conforme a la doctrina, para que sea capaz tanto de exhortar con sana enseñanza como de refutar a los que contradicen» (2 Tim. 1:13; Tito 1:9).
2.8.5 - Perseverar
«Vela por ti mismo y por la enseñanza; persevera en estas cosas, porque haciendo esto no solo te salvarás a ti mismo, sino también a los que te escuchan» (1 Tim. 4:16).
2.8.6 - Decir lo que es conforme a ella
«Pero tú, enseña lo que conviene a la sana doctrina» (Tito 2:1).
2.9 - Los santos obedecen de corazón
«Pero gracias a Dios que, cuando erais esclavos del pecado, habéis venido a ser obedientes de corazón a la forma de doctrina en la que habéis sido instruidos» (Rom. 6:17).
2.10 - Los santos perseveran
«Perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones» (Hec. 2:42).
2.11 - Una marcha fiel para honrarla
«No defraudando, sino mostrando toda buena fidelidad, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador» (Tito 2:10).
2.12 - La obediencia de los santos trae el conocimiento de esta doctrina
«Si alguno quiere hacer su voluntad, conocerá de mi enseñanza, si es de Dios, o si hablo de parte de mí mismo» (Juan 7:17).
2.13 - Los que se oponen
2.13.1 - Son orgullosos
«Si alguien enseña algo distinto y no está de acuerdo con estas sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y con la enseñanza que es según la piedad, está hinchado de orgullo, nada sabe, sino que delira acerca de cuestiones y disputas de palabras, de donde nacen envidias, discordias, maledicencias, malas sospechas» (1 Tim. 6:3-4).
2.13.2 - Son ignorantes
«Está hinchado de orgullo, nada sabe, sino que delira acerca de cuestiones y disputas de palabras, de donde nacen envidias, discordias, maledicencias, malas sospechas» (1 Tim. 6:4).
2.13.3 - Hacen preguntas ociosas
«Está hinchado de orgullo, nada sabe, sino que delira acerca de cuestiones y disputas de palabras, de donde nacen envidias, discordias, maledicencias, malas sospechas» (1 Tim. 6:4).
2.13.4 - No deben ser recibidos
«Si alguien viene a vosotros y no trae esta enseñanza, no le recibáis en casa, y no lo saludéis» (2 Juan 10).
2.13.5 - Deben ser evitados
«Pero os ruego, hermanos, que estéis atentos a los que causan divisiones y escándalos, contrarios a la enseñanza que habéis aprendido, y que os apartéis de ellos» (Rom. 16:17).
2.14 - La sana doctrina no soportada por los malvados
«Porque vendrá tiempo en que no soportarán la sana doctrina; sino que, teniendo comezón por oír, se amontonarán para sí maestros, conforme a sus propias concupiscencias» (2 Tim. 4:3).