El Señor Está Cerca

Martes
26
Diciembre

Vi asimismo en aquellos días a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, amonitas, y moabitas; y la mitad de sus hijos hablaban la lengua de Asdod, porque no sabían hablar judaico, sino que hablaban conforme a la lengua de cada pueblo. Y reñí con ellos… ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel?… aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras… Acuérdate de mí, Dios mío, para bien.

(Nehemías 13:23-26, 31)

Después de la cautividad en Babilonia (36) Algunos más tarde

Después de 12 años como gobernador, Nehemías regresó al rey. Más tarde se le permitió regresar a Jerusalén. Tristemente, cuando volvió se encontró con que la ciudad estaba en una condición deplorable. Eliasib, el sacerdote, había preparado una habitación para Tobías el amonita en los atrios de la Casa de Dios. Nehemías se enfadó grandemente y quitó todas las cosas de Tobías, ordenando que se limpiaran las habitaciones y se devolvieran los utensilios y las ofrendas a la Casa de Dios (vv. 7-9).

Las porciones de los levitas y de los cantores no les habían sido dadas, por lo que habían “huido cada uno a su heredad”. Nehemías culpó entonces a los oficiales, porque la Casa del Señor había sido abandonada. Puso administradores fieles sobre los almacenes para que administraran los diezmos y los distribuyeran a sus hermanos (vv. 10-13). ¡Qué necesario sigue siendo esto aún en los días actuales!

Nehemías se dio cuenta que en el día de reposo había personas que trabajaban, y que en la ciudad había tirios que comerciaban pescado y otras mercancías. Entonces tomó medidas enérgicas para corregir rápido este problema. También fue severo con los judíos que se habían casado con mujeres de las naciones paganas circundantes; citó el mal ejemplo del rey Salomón, recordándoles cómo había pecado al hacerlo. La mitad de los niños nacidos de estos matrimonios no podían hablar en judío (vv. 23-27). Esto sigue siendo un gran peligro, ya que los hijos de creyentes casados con incrédulos tienden a seguir la conducta del cónyuge inconverso. Dios dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso” (Jer. 17:9). Y, una vez más, Nehemías encomendó sus actividades a Dios (v. 14).

Eugene P. Vedder, Jr.

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