Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir… si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti..
«¡Vela!» o “¡Despierta!” (NTV) –El Señor Jesús le dirigió esta fuerte exhortación a la asamblea de Sardis. Tenían reputación de estar vivos, pero estaban muertos. En sus días pasados habían ardido por Cristo y habían sido usados por el Espíritu Santo. Pero ahora estaban en un estado de letargo espiritual y falta de vigilancia; solo les quedaba su reputación de vida espiritual.
Las siete iglesias mencionadas en Apocalipsis 2 y 3 tipifican de forma profética la historia de la cristiandad. En este contexto, Sardis representa el período de la Reforma, la cual originalmente había sido una obra del Espíritu Santo, pero que poco a poco cayó en la muerte y el tradicionalismo. Pero hace unos 180 años hubo un gran renacimiento de la esperanza del regreso de Cristo. Es notable que a Filadelfia (la iglesia que sigue a Sardis) le sea dada la promesa del arrebatamiento: “Te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero” (Ap. 3:10). Todos en Sardis se habían dormido, tanto los falsos como los verdaderos creyentes (v. 6). Es por ello que Sardis es llamada a “despertar” (NTV), en caso contrario el Señor vendría como un ladrón. De este «despertar» surge Filadelfia.
El Señor Jesús profetizó esto mismo en la parábola de las diez vírgenes (Mt. 25:1-13). Las cinco vírgenes “prudentes” y las cinco vírgenes “insensatas” se habían dormido. Toda la cristiandad había perdido la esperanza del regreso de Cristo. Pero en la parábola leemos que se oyó un grito a medianoche: “¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” (Mt. 25:6). Esto significa que esta esperanza de la Iglesia fue recuperada. Muchos de nosotros podemos recordar lo brillante que era esta esperanza en los primeros días de nuestra conversión. Ojalá estemos despiertos y sigamos velando por el Señor.
Brian Reynolds