CREER

A - Verbo

˒Aman (539, אמַַן), «estar firme, aguantar, ser fiel, ser veraz, aferrase, confiar, tener fe, creer». Además del hebreo, este término aparece en árameo (poco común), en arábigo y en siríaco. Aparece en todos los períodos del hebreo bíblico (96 veces aproximadamente) y solo en los radicales causativo y pasivo.

En la raíz pasiva, ˒aman tiene varios énfasis. Primero, indica que el sujeto es «perdurable» o «duradero»; esta es la connotación en Deut. 28:59: «Entonces aumentará Jehová asombrosamente tus plagas y las plagas de tus descendientes, plagas graves y crónicas, enfermedades malignas y crónicas» (RVA). También significa el elemento de estar «firme» o de ser «digno de confianza». En Isa. 22:23, ˒aman se refiere a un lugar «firme», un lugar en que una estaca, una vez clavada, permanece firme, inamovible, aun cuando la violenten hasta el punto de quebrarla (Isa. 22:25). La Biblia habla también de personas «fieles» que cumplirán con sus obligaciones (cf. 1 Sam. 22:14; Prov. 25:13).

También se encuentra el matiz que significa «digno de confianza»: «El que anda en chismes descubre el secreto; mas el de espíritu fiel lo guarda todo» (Prov. 11:13; cf. Isa. 8:2). Se espera que los oficiales sean «de confianza», sin embargo: «Quita la palabra a los tenidos por fieles [˒aman, «que dicen verdad» RV], y a los ancianos priva de discernimiento» (Job 12:20 RVA). En este pasaje, ˒aman es un paralelismo sinónimo (y por tanto equivalente en su significado) a «ancianos» u «oficiales». La traducción más literal del vocablo es «confiables» (LBA), o sea, a los que se les ha encomendado un grado de responsabilidad (confianza). Antes de darle cualquier responsabilidad se supone que sean hombres «dignos de confianza» (cf. 1 Sam. 2:35; Neh. 13:13).

En Gén. 42:20 (primera vez que aparece el vocablo con este radical), José pide a sus hermanos que le traigan a Benjamín, «para que vuestras palabras sean verificadas» (LBA), o «se verá que son verídicas» (BJ; cf. 1 Reyes 8:26; Oseas 5:9). En Oseas 11:12, ˒aman contrasta las acciones de Judá («fiel») con las de Efraín e Israel («mentira»). Así que ˒aman aquí representa tanto «veracidad» como «fidelidad» (cf. Sal. 78:37; Jer. 15:18). Es más, el término se traduce como «veraz» en varios pasajes (cf. 1 Reyes 8:26; 2 Cr. 1:9; 6:17).

En Deut. 7:9, encontramos un matiz diferente de ˒aman: «Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia». Es muy probable que ˒aman se refiera aquí a lo que Dios ya hizo («fidelidad») en lugar de lo que hará («digno de confianza») porque, al guardar el pacto, Él ya probó que es fiel. La traducción, por tanto, podría ser la siguiente: «Dios fiel, que ha guardado su pacto y fidelidad, los que le aman guardan sus mandamientos» (cf. Isa. 47:7).

En el radical causativo, ˒aman significa «estar firme» o «fijo» en un lugar, como se puede ver en Job 39:24: «Con ímpetu y furor [el corcel] escarba la tierra y no lo detiene [˒aman] ni el sonar de la trompeta» (RV-95).

Con mayor frecuencia, este radical expresa una certidumbre sicológica o mental, como en Job 29:24: «Si me reía con ellos, no lo creían». Considerar que algo o alguien es digno de confianza implica un acto de plena confianza o fe. Este es el énfasis la primera vez que aparece ˒aman en la Biblia: «Y [Abram] creyó en el Señor, y Él se lo reconoció por justicia» (Gén. 15:6 LBA). Lo que esto quiere decir que Abram tuvo confianza plena en Dios; que no le temía (v. 1). No es tanto que creyera en las palabras de Dios, sino en Dios mismo. Tampoco nos dice el texto que Abram creyó en Dios en el sentido de aceptar lo que Él dijo como «veraz» y «digno de confianza» (cf. Gén. 45:26), sino que sencillamente creyó en Dios. En otras palabras, Abram llegó a tener una relación especial con Dios en lugar de una relación impersonal con sus promesas. Por ende, en Éx. 4:9 (RVA) el significado es «si no creen, a pesar de estas dos señales», en vez de «si no… creen a estas dos señales». El énfasis está sobre el acto de creer, no en la confiabilidad de las señales. Cuando Dios es sujeto o complemento directo, la Septuaginta casi siempre traduce este radical de ˒aman con pisteuo («creer») y sus compuestos. La única excepción a esto se encuentra en Prov. 26:25.

En algunas ocasiones encontramos un sentido más preciso de ˒aman: «Para que crean que se te ha aparecido Jehová» (Éx. 4:5; cf. 1 Reyes 10:7).

En otros casos, ˒aman tiene un uso cúltico mediante el cual la comunidad adoradora afirma su identidad con lo que dice el líder del culto (1 Cr. 16:32). El «Dios del ˒amen» (2 Cr. 20:20; Isa. 65:16) es aquel Dios que siempre cumple con lo que dice; es un «Dios que es fiel».

B - Nombres

˒Emûnah (530, אֱמונָָה), «firmeza; fidelidad; verdad; honestidad; obligación oficial». En Éx. 17:12 (primer caso del nombre), el vocablo significa «quedarse quieto»: «Así hubo firmeza en sus manos [de Moisés] hasta que se puso el sol» (RVA). El uso en Isa. 33:6 es muy parecido: «Sabiduría y conocimiento son sus riquezas salvadoras» (RV-95; «seguridad de tus tiempos» LBA). En pasajes como 1 Cr. 9:22, ˒emûnah parece funcionar como un tecnicismo que indica una «posición fija», un «oficio permanente»: «Todos estos escogidos para ser guardias de las puertas eran 212 cuando fueron contados en sus aldeas, según sus registros genealógicos. A ellos los instalaron en sus funciones David y Samuel el vidente» (RVA).

El uso más frecuente de ˒emûnah es «fidelidad», como se puede ver en 1 Sam. 26:23: «Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad». El Señor recompensa a aquel que demuestra que está haciendo lo que Él demanda.

Muy a menudo este término significa «veracidad», como cuando se contrasta con jurar falsamente, mentir, etc.: «Recorred las calles de Jerusalén; mirad, pues, y sabed. Buscad en sus plazas a ver si halláis un solo hombre, a ver si hay alguno que practique el derecho y que busque la fidelidad [«verdad» RV, LBA]; y yo la perdonaré» (Jer. 5:1 RVA; cf. Jer. 5:2). En este caso, ˒emûnah significa la condición de ser fieles al pacto de Dios, practicando la verdad o haciendo justicia. Por otro lado, el vocablo puede representar la idea abstracta de «verdad»: «Esta es la nación que no escuchó la voz del Señor su Dios, ni aceptó corrección; ha perecido la verdad [˒emûnah], ha sido cortada de su boca» (Jer. 7:28 LBA). Estas citas ilustran las dos formas en que ˒emûnah significa «verdad»: en el sentido personal que califica a un sujeto como honesto, digno de confianza, fiel y veraz (Prov. 12:22); y en el sentido objetivo que califica a un sujeto como veraz en sus hechos (cf. Prov. 12:27), en contraposición a la falsedad.

El significado esencial de ˒emûnah es «establecido» o «duradero», «continuo», «seguro». En este sentido Dios dice: «Entonces en misericordia será establecido un trono, y sobre él se sentará firmemente en el tabernáculo de David el que juzga, busca el derecho y apresura la justicia» (Isa. 16:5; cf. 2 Sam. 7:16). Por lo mismo, la frase que a menudo se traduce «misericordia y verdad» debe traducirse «perpetua (fiel) misericordia» (cf. Jos. 2:14). El que siembra justicia puede estar seguro de recibir una recompensa «verdadera» o «duradera» (Prov. 11:18) en la que pueda confiar.

En otros contextos, ˒emûnah engloba otros aspectos del concepto de verdad: «[El Señor] se ha acordado de su misericordia y de su fidelidad para con la casa de Israel» (Sal. 98:3 RVA). Aquí el vocablo no describe la «continuidad» de Dios sino su «veracidad»; lo que antes dijo se mantiene firme. Lo que se subraya, a nivel personal, es la verdad como cualidad subjetiva. En sentido similar se puede practicar la «verdad» (Gén. 47:29) o bien hablar la «verdad» (2 Sam. 7:28). En casos como este, y como base para que otros actúen, no se toma en cuenta la seriedad de una persona, sino su «veracidad» (identidad con lo que es verdad). El primer énfasis es subjetivo, el segundo objetivo. No es siempre posible discernir qué se quiere enfatizar en un pasaje dado.

˒Emet (571, אֶמֶֶת), «verdad; derecho; fidelidad». Este término aparece 127 veces en la Biblia. La Septuaginta lo traduce unas 100 veces como «verdad» (aletheia) o uno de sus derivados. En Zac. 8:3, Jerusalén se denomina «ciudad de verdad». En otras ocasiones, ˒emet se traduce como «recto» (dikaios): «Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente [«con verdad» RVA; «fielmente» LBA] has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo» (Neh. 9:33). En pocas ocasiones (16 veces) ˒emet se traduce como «fiel» (pistis); esto es cuando se dice que Nehemías es «hombre fiel y temeroso de Dios más que muchos» (Neh. 7:2 LBA).

C - Adverbio

˒Amen (543, אמֵֵן), «verdaderamente; genuinamente; amén; que así sea». El término ˒amen se usa 30 veces como adverbio. La Septuaginta lo traduce una vez como «verdaderamente» (lethinos); tres veces lo translitera «amén»; en las ocasiones restantes la traducción es «que así sea» (genoito). Por lo general, este vocablo hebreo se usa como respuesta afirmativa a las condiciones o términos de una maldición (cf. Deut. 29:15-26).

Mientras que el término significa aceptación voluntaria de las condiciones de un pacto, a veces se pronuncia el ˒amen bajo coerción. Aunque este fuera el caso, quien no pronunciaba el «amén» recibía todo el peso de la maldición. De esta manera, el ˒amen era una afirmación de un pacto; este es su significado la primera vez que se usa en Núm. 5:22. Las generaciones siguientes reafirmarían el pacto pronunciando su ˒amen (Neh. 5:1-13).

En 1 Reyes 1:36, ˒amen no tiene que ver con pacto. Funciona como un asentimiento a una declaración recién pronunciada: «Benaías hijo de Joiada respondió al rey diciendo: ¡Amén! Así lo diga Jehová, Dios de mi señor el rey». Sin embargo, el contexto demuestra que el ˒amen de Benaías iba más allá de un simple asentimiento verbal; le comprometía a cumplir con la voluntad del rey David. Mediante esta palabra se involucraba en hacer lo que indirectamente David le pidió (cf. Neh. 8:6).

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