SEÑAL

Môpet (4159, מופֵֵת), «maravilla; señal; portento». Los 36 casos de este vocablo se encuentran en todos los períodos de la literatura bíblica con excepción de los libros sapienciales. La literatura poética tiene solo dos ejemplos que están en Salmos.

Primero, este término indica un acto divino o una manifestación especial de poder divino. «Cuando estés de regreso en Egipto, haz en presencia del faraón todas las señales que he puesto en tu mano» (Éx. 4:21 RVA: el primer caso del término). Las acciones que ponen en marcha las maldiciones divinas se denominan «señales». O sea que el vocablo no tiene necesariamente que ver con un hecho «milagroso», en el sentido de acontecimiento sobrenatural.

Segundo, el término puede indicar una «señal» de Dios o anticipo de un hecho futuro: «Aquel mismo día dio una señal diciendo: Esta es la señal de que Jehová ha hablado: He aquí que el altar se quebrará, y la ceniza que sobre el está se derramará» (1 Reyes 13:3). El vocablo a veces lleva implícito el matiz de «símbolo»: «Escucha, pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos» (Zac. 3:8; cf. Sal. 71:7).

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