SACERDOTE, SACERDOCIO

A - Nombre

Kohen (3548, כֹהֵֵן), «sacerdote». Este vocablo se encuentra unas 741 veces en el Antiguo Testamento. Más de un tercio de las menciones de «sacerdote» se hallan en el Pentateuco. Levítico, que contiene unas 185 citas, se ha llamado el «manual del sacerdocio».

Además del sacerdocio hebreo, el término kohen se usaba también con relación a los «sacerdotes» y al «sacerdocio» egipcio (Gén. 41:50; 46:20; 47:26), a los «sacerdotes» filisteos (1 Sam. 6:2) y los de Dagón (1 Sam. 5:5), los «sacerdotes» de Baal (2 Reyes 10:19), de Quemos (Jer. 48:7), así como los «sacerdotes» de los Baal y Asera (2 Cr. 34:5). José se casó con la hija del «sacerdote» de On (Gén. 41:45), quien le dio dos hijos, Efraín y Manasés (Gén. 46:20). José no compró las tierras de los «sacerdotes» egipcios porque estos recibían su sustento diario de Faraón (Gén. 47:22).

Un «sacerdote» es un ministro reconocido de una divinidad que oficia ante un altar y en otros ritos cúlticos. Un «sacerdote» realiza sacrificios, ritos y tareas de mediación; representa al pueblo delante de Dios y de su pueblo, a diferencia de un profeta que es un intermediario entre Dios y el pueblo.

Dios estableció el oficio sacerdotal judío en los tiempos de Moisés. Pero antes de la institución del sumo sacerdote y del oficio sacerdotal, encontramos el sacerdocio de Melquisedec (Gén. 14:18) y a «sacerdotes» madianitas (Éx. 2:16; 3:1; 18:11). En Éx. 19:24, se habla de otros «sacerdotes», que quizás fueron «sacerdotes» y «sacerdotisas» madianitas en Israel antes de que se estableciera oficialmente el sacerdocio levítico. No cabe duda de que las funciones sacerdotales se realizaban en tiempos premosaicos por el cabeza de familia, como Noé, Abraham y Job. Por ejemplo, después del diluvio, Noé construyó un altar a Dios (Gén. 8:20-21). En Be-tel, Mamre y Moriah Abraham construyó altares. En Gén. 22:12-13, leemos que el patriarca estuvo anuente a ofrecer a su hijo en sacrificio. Job ofreció sacrificios por los pecados de sus hijos.

El sacerdocio fue una de las instituciones fundamentales de la religión veterotestamentaria. En Núm. 16:5-7 explica la importancia del sacerdocio: «Y habló a Coré y a todo su grupo, diciendo: Jehová dará a conocer mañana por la mañana a los que son suyos. A quien sea santo lo hará que se acerque a Él, y a quien escoja lo hará que se acerque a Él. Haced esto, Coré y todo tu grupo: Tomad incensarios. Mañana poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso delante de Jehová. El hombre a quien Jehová escoja, aquel será santo» (RVA).

Dios estableció a Moisés, Aarón y sus hijos Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar como «sacerdotes» en Israel (Éx. 28:1, 41; 29:9, 29-30). Cuando Nadab y Abiú fueron fulminados porque «ofrecieron a Jehová fuego extraño», el sacerdocio quedó limitado a los descendientes de Eleazar e Itamar (Lev. 10:1-2; Núm. 3:4; 1 Cr. 24:2).

Sin embargo, no todos los que nacían en la familia de Aarón pudieron ejercer el «sacerdocio». Ciertas deformaciones físicas excluían a algunas personas de esa perfección de santidad que un «sacerdote» debía manifestar en la presencia del Señor (Lev. 21:17-23). A un sacerdote ritualmente impuro no se le permitía cumplir con sus funciones sacerdotales. En Lev. 21:1-15 hay una lista de prohibiciones cúlticas que impedían que un «sacerdote» cumpliera con sus funciones.

En Éx. 29:1-37 y Lev. 8 se describen los siete días de la ceremonia de consagración de Aarón y sus hijos. El sumo sacerdote (kohen haggadol) y sus hijos fueron lavados con agua (Éx. 29:4). Entonces Aarón, el sumo pontífice, se puso sus vestimentas sagradas, con un pectoral sobre su corazón y sobre su cabeza se colocó una corona santa: mitra o turbante (Éx. 29:5-6). Después Aarón fue ungido con aceite sobre su cabeza (Éx. 29:7; cf. Sal. 133:2). Finalmente, la sangre del sacrificio se untó en varias partes del cuerpo de Aarón y de sus hijos (Éx. 29:20-21). La marca de sangre se colocaba sobre el lóbulo de la oreja derecha y los pulgares de la mano y el pie derecho.

Los deberes del sacerdocio se definieron claramente en la Ley Mosaica. Estos deberes se asumían en el octavo día de la ceremonia de consagración (Lev. 9:1). El Señor dijo a Aarón: «Más tú y tus hijos contigo guardaréis vuestro sacerdocio en todo lo relacionado con el altar, y del velo adentro, y ministraréis» (Núm. 18:7).

Los «sacerdotes» tenían que ejercer como maestros de la ley (Lev. 10:10-11; Deut. 33:10; 2 Cr. 5:3; 17:7-9; Ezeq. 44:23; Mal. 2:6-9). No siempre cumplieron con esta responsabilidad (Miq. 3:11; Mal. 2:8). En algunos casos de salud y de jurisprudencia, los «sacerdotes» servían de intérpretes parciales de la voluntad de Dios. Por ejemplo, el «sacerdote» debía discernir la existencia de lepra y realizar los ritos de purificación (Lev. 13-14). Además, fijaban los castigos en casos de asesinato y en otros asuntos civiles (Deut. 21:5; 2 Cr. 19:8-11).

B - Verbo

Kahan (3547, כָהַַן), «ejercer el sacerdocio». Este verbo, que se encuentra 23 veces en hebreo bíblico, se deriva del sustantivo kohen. Solo se usa en el modo intensivo. Un caso se encuentra en Éx. 28:1 (RVA): «Harás que se acerque a ti, de entre los hijos de Israel, tu hermano Aarón y sus hijos con él, para que… me sirvan como sacerdotes».

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