REBAÑO, MANADA

Tso˒n (6629, צֹֹאן), «manada, rebaño; ganado pequeño; ovejas; cabras». Una palabra similar se encuentra en acádico, arameo y siríaco, así como en las tablas de Tell el-Amarna. En hebreo tso˒n ha mantenido su significado en todas las etapas del desarrollo de la lengua. El vocablo aparece 273 veces en el Antiguo Testamento hebreo y por primera vez en Gén. 4:2. El término no se limita a ningún período de la lengua hebrea ni a una categoría literaria en particular. Con todo, el libro de Génesis con sus narraciones sobre la vida pastoril de los patriarcas contiene la mayor frecuencia de casos (alrededor de 60).

El significado principal de tso˒n es «ganado pequeño», a diferencia de baqar («rebaño»). El término puede referirse solamente a «ovejas» (1 Sam. 25:2) o a «ovejas y cabras»: «Así será constatada mi honradez en el futuro, cuando tomes en cuenta mi salario: Toda cabra que no sea pintada o salpicada y toda oveja que no sea de color oscuro, que esté conmigo, será considerada como robada» (Gén. 30:33 RVA). La «manada» era un factor económico importante en el Medio Oriente antiguo. Los animales servían de alimento (1 Sam. 14:32; cf. Sal. 44:11), se les quitaba la lana (Gén. 31:19) y daban leche (Deut. 32:14). También se ofrecían en sacrificio, como cuando Abel ofreció «de los primogénitos de sus ovejas» (Gén. 4:4).

En el uso metafórico de tso˒n, la imagen de una «multitud» puede aplicarse a gente: «Como las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus festividades, así las ciudades desiertas estarán llenas de rebaños de hombres. Y sabrán que yo soy Jehová» (Ezeq. 36:38 RVA). Se considera a Dios pastor de su «rebaño», su pueblo: «Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado» (Sal. 100:3; cf. Sal. 23; 79:13; Miq. 7:14). Durante un período de opresión, el salmista compara al pueblo de Dios con «ovejas para el matadero» (Sal. 44:22) y oró por su liberación.

Un pueblo sin líder se compara a «ovejas» sin pastor (1 Reyes 22:17; cf. Zac. 10:2; 13:7). Para Jeremías, los pastores o líderes descarriaron a Judea (Jer. 50:6). En el mismo sentido, Isaías escribe: «Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su camino. Pero Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros» (Isa. 53:6 RVA).

La promesa profética tiene que ver con la renovada bendición de Dios sobre el remanente de las «ovejas»: «Pero yo reuniré al remanente de mis ovejas de todas las tierras a donde las eché y las haré volver a sus pastizales. Entonces serán fecundas y se multiplicarán» (Jer. 23:3 RVA). Esto acontecerá cuando el Mesías (el «Retoño» de David) establezca su reinado sobre el pueblo (vv. 5-6 RVA). Ezequiel también expresa la misma idea: «Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado» (Ezeq. 34:23-24).

La Septuaginta traduce el término de las siguientes formas: probaton («ovejas») y poimnion («rebaño»).

Baqar (1241, בקָָר), «manada, rebaño, ganado». Este nombre tiene cognados en arábigo y arameo. Aparece unas 180 veces en hebreo bíblico, durante todos los períodos.

Un significado del término es «ganado», o sea, los animales cuyas carnes servían de alimento y los cueros se presentaban como ofrenda a Dios (Núm. 15:8). Este es el significado de baqar en Gén. 12:16, la primera vez que el vocablo se usa: «E hizo [faraón] bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, y vacas, y asnos». El término tiene que ver con animales que pastan (1 Cr. 27:29) y se comen (1 Reyes 4:23). Son también animales que halan carros (2 Sam. 6:3, 6), arados (Job 1:14) y que llevan cargas sobre sus lomos (1 Cr. 12:40).

Baqar a menudo indica un grupo de ganado o un «rebaño» (de ambos sexos), como en el caso de Gén. 13:5: «También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas [en hebreo el término aparece en singular] y tiendas». El vocablo puede expresar un grupo pequeño de ganado (que no alcanza a ser un rebaño; cf. Gén. 47:17; Éx. 22:1) o aun dos bueyes (Núm. 7:17). Para señalar solo un buey se usa otro término hebreo o se habla de una cría (becerro) de bueyes (Gén. 18:7).

También baqar se refiere a las estatuas de bueyes: «Y [el altar del sacrificio] descansaba sobre doce bueyes: tres miraban al norte, tres miraban al occidente, tres miraban al sur, y tres miraban al oriente» (1 Reyes 7:25).

Algunos estudiosos opinan que este nombre está relacionado con el verbo baqar («buscar») y con el nombre boqer («mañana»). Véase GANADO.

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