GRANDE, PESADO
A - Verbos
Kabed (3515, כבֵֵד), «pesado; entorpecer; sobrecargar; honrar, glorificar». Este es un término semítico corriente que se encuentra a menudo en acádico y ugarítico antiguo, así como en hebreo en todos los períodos. Kabed se encuentra más de 150 veces en la Biblia hebrea. Se usa por primera vez en Gén. 13:2 con la idea de «ser rico»: «Abram era muy rico» (RVA). Este uso expresa muy claramente las implicaciones básicas del vocablo. Todas las veces que se usa kabed, expresa la idea de «pesado» (o de «sobrecargar»). Así, decir que Abram era «muy rico» quiere decir que estaba «sobrecargado» de riquezas. Siguiendo la misma línea, el término puede indicar el acto de «honrar» o «glorificar», porque el honor y la gloria son cualidades que se añaden a una persona o cosa.
«Ser pesado» incluye aspectos negativos y positivos. Las calamidades, dice Job 6:3, «pesarían más que la arena de los mares» (RVA). La mano de Dios «se hizo muy pesada» al castigar a los filisteos (1 Sam. 5:11 LBA). La servidumbre y el trabajo se «hicieron pesados» para el pueblo (Éx. 5:9 RVA; cf. Neh. 5:18). Cuando los ojos (Gén. 48:10) o los oídos (Isa. 59:1) se insensibilizan, o se «entorpecen», es porque tienen el peso adicional de factores debilitantes, sea por vejez o por otras causas. Los corazones de personas pueden estar «sobrecargados» de terquedad y «endurecerse» (Éx. 9:7).
«Honrar» o «glorificar» implica añadir algún elemento que no es inherente al objeto o que otros podrían proporcionar. Los niños deben «honrar» a sus padres (Éx. 20:12; Deut. 5:16); Balac prometió «honra» a Balaam (Núm. 22:17); Jerusalén (Lam. 1:8) y el sábado (Isa. 58:13) se «honraron» o llamaron «gloriosos». Sobre todo, el «honor» y la «gloria» corresponden a Dios, como se ordena reiteradamente en el texto bíblico: «Honra a Jehová con tus riquezas» (Prov. 3:9); «Jehová sea glorificado» (Isa. 66:5); «Glorificad al Señor» (Isa. 24:15 LBA).
Kabed es también el término hebreo para «hígado», tal vez porque este es el órgano más pesado del cuerpo.
Rabab (7231, רָבַַב), «ser numeroso, grande, poderoso». Este verbo, que aparece 24 veces en el hebreo bíblico, también se encuentra en la mayoría de las lenguas semíticas. El primer caso significa «multiplicar» o «multiplicarse» (Gén. 6:1). Rabab puede significar también «ser grande» en tamaño, prestigio o poder (cf. Gén. 18:20; Job 33:12; Sal. 49:16). Cuando el sujeto indica tiempo, el verbo señala su «prolongación» (Gén. 38:12); cuando el sujeto es un espacio, el vocablo puede indicar su «ampliación» (Deut. 14:24).
B - Nombres
Rob (7230, רֹֹב), «multitud; abundancia». El nombre aparece unas 150 veces en el hebreo de la Biblia. Básicamente significa «multitud» o «abundancia». También tiene implicaciones numéricas que se hacen evidentes la primera vez que aparece: «Multiplicaré tanto tus descendientes, que no podrán ser contados a causa de su gran número» (Gén. 16:10 RVA).
Cuando tiene que ver con tiempo y con distancia, rob indica, respectivamente «gran cantidad» y «largo»: «También estos odres estaban nuevos cuando los llenamos. He aquí que ahora ya están rotos. Y esta ropa nuestra y nuestras sandalias están ya viejas a causa del camino tan largo» (Jos. 9:13 RVA). En varios pasajes, el término se aplica a ideas o cualidades abstractas. En tales casos, rob quiere decir «grande» o «grandeza»: «¿Quién es este de ropa esplendorosa, que marcha en la grandeza de su poder?» (Isa. 63:1 RVA).
La preposición le, cuando se prefija al nombre rob, forma a veces una frase adverbial que significa «abundantemente»: «Pues poco tenías antes de que yo viniera, y ha crecido abundantemente» (Gén. 30:30 RVA). La misma frase tiene un sentido diferente en 1 Reyes 10:10: «Nunca más entró tanta abundancia de especias aromáticas como las que la reina de Sabá dio al rey Salomón». La frase parece significar literalmente «grande» en el sentido de «multitud» (LBA; cf. «tan gran cantidad» RVR; «tal cantidad» RV-95). La misma frase se usa en el caso de las construcciones del rey Jotam: «Hizo muchas edificaciones en la muralla del Ofel» (2 Cr. 27:3 RVA). Con la adición de ˓ad el significado de esta frase se extiende. Entonces ˓ad lerob quiere decir «muchísimo»: «Desde que comenzaron a traer la ofrenda a la casa de Jehová, hemos comido y nos hemos saciado, y ha sobrado mucho [literalmente «muchísimo»]» (2 Cr. 31:10).
Rab (7227, רַַב), «jefe» Este vocablo es una transliteración del acádico rab, que indica un «rango militar» semejante al de un «general». La primera vez que aparece es en Jer. 52:12: «Vino … Nabuzaradán, capitán de la guardia, que solía estar delante del rey de Babilonia». Nótense particularmente los títulos en Jer. 39:3: «Entonces llegaron todos los oficiales del rey de Babilonia: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás oficiales del rey de Babilonia. Y se instalaron junto a la puerta del Centro» (RVA). En Jer. 39:9-11, 13 mencionan a Nabuzaradán como «capitán de la guardia».
C - Adjetivo
Rab (7227, רַַב), «muchos; grande; prestigioso, poderoso». Este adjetivo tiene un cognado en arameo bíblico. El vocablo hebreo se encuentra unas 474 veces en el Antiguo Testamento y en todos los períodos.
Primero, el término habla de pluralidad de números y cantidades, con referencia a personas, animales u objetos. En Gén. 26:14, rab se refiere a personas: «Tenía rebaños de ovejas, hatos de vacas y abundancia de siervos» (RVA). En Gén. 13:6, el vocablo se refiere a cosas: «Pero la tierra no bastaba para que habitasen juntos. Sus posesiones eran muchas, y no podían habitar juntos» (RVA). El adjetivo se usa a veces en relación a «grupos grandes de gente» (Éx. 5:5). La idea básica de «multiplicidad numérica» se puede aplicar a líquidos lo mismo que a objetos sólidos: «Entonces Moisés levantó su mano y golpeó la roca con su vara dos veces. Y salió agua abundante» (Núm. 20:11 RVA), es decir, brotó una «gran» cantidad de agua. Rebeca le dijo al siervo de Abraham: «Tenemos suficiente paja y forraje, y lugar para hospedarse» (Gén. 24:25 LBA).
La frase «muchas aguas» es un modismo que significa «mar»: «Oh moradores de la costa, mercaderes de Sidón, que cruzando el mar te han llenado. Por las muchas aguas venía el grano de Sijor, la cosecha del Nilo; era ganancia» (Isa. 23:2-3 RVA). «A la reprensión de Jehová, por el soplo del aliento de su nariz, se hicieron visibles los lechos del mar, y se descubrieron los cimientos del mundo. Envió desde lo alto y me tomó; me sacó de las aguas caudalosas» (2 Sam. 22:16-17 RVA). Este lenguaje, que se usa en varios pasajes poéticos en el Antiguo Testamento, es metafórico; no refleja necesariamente la percepción que se tenía de la propia realidad. Por otro lado, Gén. 7:11 usa una frase parecida, a manera de figura, para indicar las «fuentes de todas las aguas»: «Aquel día fueron rotas todas las fuentes del gran abismo».
Cuando se usa junto con «días» o «años», rab quiere decir «largo» y la frase completa significa «un tiempo largo»: «Y residió Abraham en la tierra de los filisteos por mucho tiempo» (Gén. 21:34 RVA).
El vocablo puede aplicarse metafóricamente en función de un concepto abstracto: «Jehová vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo solo al mal» (Gén. 6:5 RVA: primera mención del adjetivo). Este uso de rab no se refiere al valor relativo de lo que califica, sino su frecuencia numérica. Con todo, el enunciado implica que el pecado constante del ser humano fue más censurable que los pecados más ocasionales que se cometieron antes.
Cuando rab se refiere a terrenos, tiene la acepción de «extenso» (1 Sam. 26:13). Este uso está relacionado con el significado usual de los cognados semíticos que representan «tamaño» en lugar de cantidades numéricas (cf. gadal): «Jehová los entregó en mano de los israelitas, quienes los derrotaron y los [rab] persiguieron hasta la gran Sidón» (Jos. 11:8 RVA). Cuando a Dios se le llama «gran Rey» (Sal. 48:2), el adjetivo se refiere a su poderío superior y soberanía sobre todos los reyes (v. 4ss). Este significado se encuentra también en Job 32:9: «No son los mayores los sabios, ni los viejos los que disciernen lo justo» (RVA; cf. Job 35:9). En Job este término se usa para destacar «grandeza en prestigio», mientras que pasajes como 2 Cr. 14:11, enfatizan «fuerza y potencia»: «¡Oh Jehová, no hay otro como tú para ayudar [en batalla] tanto al poderoso como al que no tiene fuerzas!» (RVA).