ESTATUTO, ORDENANZA

A - Nombres

Joq (2706, חֹֹק), «estatuto; prescripción; gobierno; ley; reglamento». Este nombre se deriva del verbo jaqaq, «labrar, determinar, decretar». Joq se encuentra 127 veces en el hebreo de la Biblia.

El primer caso de joq está en Gén. 47:22: «Solamente no compró la tierra de los sacerdotes, porque los sacerdotes tenían ración [joq] de parte del faraón» (RVA). El vocablo es frecuente en Deuteronomio y Salmos aunque figura poco en los libros históricos y en los profetas.

El significado de joq en Gén. 47:22 difiere del significado básico de «estatuto». Tiene el sentido de algo asignado o concedido. Un proverbio habla acerca de «mi porción de pan» (Prov. 30:8 LBA; «mi pan cotidiano» RVA; «el pan necesario» RVR, RV-95; literalmente, «el pan de mi ración o porción»). En medio de su sufrimiento Job reconoce que Dios hace lo que se le ha determinado: «Él… acabará lo que ha determinado de mí» (Job 23:14; literalmente, «mi ley»; «su propio decreto» BBC, BNC, BLA; «mi sentencia» BJ, SBH, NBE). La «porción» puede ser algo que se debe a alguna persona en calidad de subsidio o pago. Los sacerdotes egipcios recibían su «ración» del faraón (Gén. 47:22); por otro lado, Dios permitió que los sacerdotes de Israel disfrutaran de una porción del sacrificio: «Esto será como porción perpetua de parte de los hijos de Israel para Aarón y sus hijos, porque es ofrenda alzada» (Éx. 29:28 LBA; «estatuto perpetuo» RVA).

El vocablo joq también significa «ley» o «estatuto». En términos generales se refiere a las «leyes» de la naturaleza, como las que gobiernan, por ejemplo, la lluvia: «Cuando Él dio ley a la lluvia, y camino al relámpago de los truenos» (Job 28:26; cf. Jer. 5:22); o los astros: «Alabadle, cielos de los cielos… Él los estableció para siempre, por la eternidad; les puso ley que no será quebrantada» (Sal. 148:4, 6 RVA). «Así ha dicho Jehová, quien da el sol para luz del día, y la luna y las estrellas para luz de la noche, el que agita el mar de manera que rugen sus olas; Jehová de los Ejércitos es su nombre. Si esas leyes faltasen delante de mí, dice Jehová, entonces la descendencia de Israel dejaría de ser nación delante de mí, perpetuamente» (Jer. 31:35-36 RVA). Además, el término joq denota una «ley» promulgada en un país: «Entonces José instituyó como ley en la tierra de Egipto, hasta el día de hoy, que la quinta parte pertenece al faraón. Solamente la tierra de los sacerdotes no llegó a ser del faraón» (Gén. 47:26 RVA).

Por último y más importante, joq también denomina la «ley» que proviene de Dios: «Cuando tienen un pleito, vienen a mí, y yo juzgo entre uno y otro, dándoles a conocer los estatutos [joq] de Dios y sus leyes [tôrah] (Éx. 18:16 LBA). Los sinónimos de joq son mitswah («mandamiento»); mishpat («juicio»); berît («pacto»); tôrah («ley»); y ˓edût («testimonio»). No es fácil distinguir entre estos sinónimos, puesto que a menudo se encuentran juntos: «Guardad cuidadosamente los mandamientos [mitswah] de Jehová vuestro Dios y sus testimonios [˓edah] y leyes [joq] que te ha mandado» (Deut. 6:17 RVA).

Juqqah (2708, חקָָה), «estatuto; reglamento; prescripción; término». Este nombre se encuentra unas 104 veces.

Encontramos juqqa, y sus sinónimos mishmeret, mishwah y tôrah, por primera vez en las palabras de encomio de Dios para Abraham e Isaac: «Porque Abraham obedeció mi voz y guardó mi ordenanza [mishmeret], mis mandamientos [mishwah], mis estatutos [juqqah] y mis instrucciones [tôrah]» (Gén. 26:5). Juqqah se usa principalmente en el Pentateuco y en particular en los libros de Levítico y Números. Muy poco se encuentra en los libros poéticos y en los escritos proféticos (excepto Jeremías y Ezequiel).

El significado de sîm, «fijar», se relaciona con la acepción de juqqah referente a las leyes de la naturaleza: «Así ha dicho Jehová: Si no he establecido mi pacto con el día y la noche, y si no he puesto [sîm] las leyes [juqqah] del cielo y de la tierra» (Jer. 33:25; cf. Job 38:33). Los israelitas disfrutaban de una temporada lluviosa entre octubre y abril y de otro período fijo, entre abril y junio, de cosecha: «Y no dijeron en su corazón: Temamos ahora a Jehová Dios nuestro, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo; y nos guarda los tiempos establecidos de la siega» (Jer. 5:24). Además de denotar la periodicidad de la naturaleza, el término juqqah se usa con referencia a la provisión regular para los sacerdotes: «Esto ordenó Jehová el día en que los ungió, que les diesen de parte de los hijos de Israel como provisión perpetua, a través de sus generaciones» (Lev. 7:36 RVA).

Juqqah se usa en un sentido más cultural que religioso para referirse a las costumbres de las naciones: «No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual habéis habitado. Tampoco haréis como hacen en la tierra de Canaán a la cual os llevo. No seguiréis sus costumbres» (Lev. 18:3 RVA; cf. 20:23). El requerimiento de abstenerse a las prácticas paganas se debe a que se consideraban degeneradas (Lev. 18:30).

El uso más significativo de juqqah tiene que ver con la «Ley» de Dios. El significado del término es más específico que el de joq. Mientras que joq es un término genérico para «ley», juqqah denota la «ley» de una fiesta o ritual en particular. Tenemos la «ley» de la Pascua (Éx. 12:14), de Ázimos (Éx. 12:17), de la Fiesta de Tabernáculos (Lev. 23:41), del Día de Expiación (Lev. 16:29ss), del sacerdocio (Éx. 29:9) y sobre el uso de sangre y de grosura (Lev. 3:17).

El vocablo juqqah tiene muchos sinónimos. A veces integra una serie de tres: «Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, dejando de guardar sus mandamientos [mishwah], sus decretos [mishpat] y sus estatutos [juqqah] que yo te mando hoy» (Deut. 8:11 RVA). En otros casos, el vocablo se une a una serie de cuatro sinónimos: «Amarás, pues, a Jehová tu Dios y guardarás sus ordenanzas [mishmeret], sus estatutos [juqqah], sus decretos [mishpat] y sus mandamientos [mishwah], todos los días» (Deut. 11:1; cf. Gén. 26:5 con tôrah en lugar de mishpat).

Los «estatutos» de un pueblo pueden entenderse como las prácticas que son contrarias a las expectativas divinas: «Porque los mandamientos de Omri se han guardado, y toda obra de la casa de Acab; y en los consejos de ellos anduvisteis, para que yo te pusiese en asolamiento, y tus moradores para burla. Llevaréis por tanto el oprobio de mi pueblo» (Miq. 6:16). El profeta Ezequiel condenó a Judá por rechazar los «estatutos» santos de Dios: «Pero ella se obstinó contra mis decretos con mayor culpabilidad que las demás naciones, y contra mis estatutos [juqqah], más que los países que están alrededor de ella; porque desecharon mis decretos y no anduvieron según mis estatutos [juqqah]» (Ezeq. 5:6 RVA). Ezequiel también desafió al pueblo de Dios a arrepentirse y volver a los «estatutos» divinos para que pudiesen vivir: «Si el impío restituye la prenda y paga lo que ha robado; si camina según los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, ciertamente vivirá; no morirá» (Ezeq. 33:15 RVA).

La Septuaginta ofrece las siguientes traducciones de joq y de juqqah: prostagma («orden; mandamiento; mandato»); dikaioma («reglamento; requerimiento; mandamiento»); y nominos («lícito; conforme a la ley»). Otra traducción de joq es diatheke («última voluntad; testamento; pacto»). Juqqah se traduce además como nomos («ley»).

B - Verbo

Jaqaq (2710, חָקַַק), «labrar, determinar, decretar». Esta raíz se encuentra en las lenguas semíticas con los significados ya citados o bien con el sentido de «ser veraz» (arábigo), «ser justo» (acádico). Este verbo aparece menos de 20 veces en el Antiguo Testamento.

Hallamos a jaqaq en Isa. 22:16 (RVA) con la acepción de «labrar o tallar»: «Que hayas labrado aquí un sepulcro para ti». En Isa. 10:1 el verbo significa «decretar»: «¡Ay de los que decretan estatutos inicuos, y de los que constantemente escriben decisiones injustas!» (LBA).

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