ENCUBRIR
Satar (5641, סַתַַר), «encubrir, ocultar, esconder, abrigar». Este verbo y sus varios derivados se encuentran en el hebreo moderno así como en el bíblico. Satar aparece alrededor de 80 veces en el Antiguo Testamento. Se halla por vez primera en Gén. 4:14 cuando Caín descubre que por su pecado será «ocultado» de la presencia de Dios, lo que implica una separación.
En la llamada bendición de Mizpa (que es más bien una advertencia), satar otra vez tiene la idea de «separación»: «Vigile Jehová entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro» (Gén. 31:49 RVA). «Esconderse» es también refugiarse: «¿No está David escondido entre nosotros… ?» (1 Sam. 23:19 RVA). Con un sentido similar, «esconder» a alguien es «abrigarlo» del enemigo: «Jehová los escondió» (Jer. 36:26).
Cuando oramos, «esconde tu rostro de mis pecados» (Sal. 51:9), pedimos a Dios que los pase por alto. Pero cuando el profeta dice, «aguardaré, pues, a Jehová, quien ha escondido su rostro de la casa de Jacob» (Isa. 8:17), quiere decir que Dios ha retirado su favor. Así también, los pecados de Judá han «ocultado» el rostro de Dios a la tribu (Isa. 59:2).