COBRE
Nejoshet (5178, נְחשֶֶת), «cobre; bronce; cadenas de bronce». Existen cognados de este vocablo en fenicio, arameo, arábigo y etiópico. Está presente unas 136 veces en todas las épocas del hebreo bíblico.
Nejoshet básicamente significa «cobre». Se refiere al mineral: «Tierra en la cual no comerás el pan con escasez, pues nada te faltará en ella; tierra cuyas piedras son de hierro y de cuyas montañas extraerás cobre» (Deut. 8:9). El término puede también referirse al cobre refinado: «Zila también dio a luz a Tubalcaín, maestro de todos los que trabajan el bronce [«cobre» BJ, BLA] y el hierro» (Gén. 4:22 RVA).
En su calidad de metal semiprecioso, nejoshet se encuentra a veces en las listas de despojos de guerra (2 Sam. 8:8). En dichos pasajes, es difícil saber si se refiere al cobre o al cobre mezclado con estaño (o sea bronce). No cabe duda de que se está hablando de «bronce» en 1 Sam. 17:5, donde nejoshet se refiere al material del que se fabricaban las armaduras. También se hacían utensilios (Lev. 6:21), altares (Éx. 38:30) y otros objetos de bronce. Este metal se podía pulir (1 Reyes 7:45) o sacarle brillo (Esd. 8:27). Este metal valía menos que el oro y más que la madera (Isa. 60:17).
Otro significado más de nejoshet aparece en Jueces 16:21: «Entonces los filisteos… echaron mano [de Sansón], le sacaron los ojos y lo llevaron a Gaza. Y lo ataron con cadenas de bronce, para que moliese en la cárcel». Generalmente, cuando el vocablo tiene esta acepción, aparece en la forma dual (en singular únicamente en Lam. 3:7).
Deut. 28:23 usa nejoshet para simbolizar el cese de la lluvia y el sol vivificantes: «Tus cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti será de hierro».