CARROS

A - Nombres

Rekeb (7393, רֶכֶֶב), «carros; carruajes; caballos de carro; tren de carros; piedra superior de molino». El nombre rekeb se encuentra 119 veces durante todos los períodos del hebreo bíblico.

El término se usa colectivamente para una unidad de «carros de guerra»: «Tomó 600 carros escogidos y todos los demás carros» (Éx. 14:7). Este uso de rekeb podría traducirse como «equipo o unidad de carro» (el carruaje, su auriga, un soldado de ataque y otro de defensa). En el versículo anterior (v. 6) del mismo pasaje, rekeb puede significar tanto un «carro de guerra» como el equipo del «carro». Éx. 14:6-7 podría traducirse mejor de la siguiente manera: «Así que unció su carro, llevando consigo a su gente, y escogió seiscientos carros y equipos, y todos los carros de Egipto con su cuerpo de defensa».

La primera vez que aparece rekeb en la Biblia, significa «carros»: «Subieron también con él carros y gente de a caballo» (Gén. 50:9). En 2 Sam. 8:4 el término representa el «carro» con su caballo: «Y desjarretó David los caballos de todos los carros, pero dejó suficientes para cien carros». También tiene rekeb la connotación de «carro», sin más ni menos: «Y el rey estuvo en su carro delante de los sirios» (1 Reyes 22:35).

Seguidamente, rekeb se refiere a una «caravana» o un «tren de asnos o camellos»: «Cuando vea carros, parejas de jinetes, gente montada en asnos y gente montada en camellos» (Isa. 21:7).

Finalmente, rekeb a veces significa la «piedra de molino… superior»: «No tomarás en prenda la piedra de molino, ni la inferior ni la superior» (Deut. 24:6 RVA; cf. Jueces 9:53; 2 Sam. 11:21).

Merkaba (4818, מֶרְכבָה), «carro de guerra». Este vocablo aparece 44 veces. Merkaba tiene cognados en ugarítico, siríaco y acádico. Al igual que rekeb, se deriva de rakab. El término representa un «carro de guerra» (Éx. 14:25) que tal vez servía además de «carruaje de honor» (Gén. 41:43: el primer caso). Puede también traducirse como «carro de pasajeros» o «carreta» (2 Reyes 5:21).

B - Verbo

Rakab (7392, רָכַַב), «cabalgar, conducir, montar (un animal)». Este verbo, que tiene cognados en ugarítico y varias otras lenguas semíticas, se encuentra 78 veces en el Antiguo Testamento. Aparece por primera vez en Gén. 24:61: «Entonces se levantó Rebeca y sus doncellas, y montaron en los camellos».

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