CARNE
Basar (1320, בָשָָר) «carne; pene». Hay cognados de este término en ugarítico, arábigo y arameo. Aparece unas 270 veces durante todos los períodos del hebreo bíblico.
El vocablo significa la «parte carnosa del cuerpo humano con la piel»: «Entonces Jehová Dios hizo que sobre el hombre cayera un sueño profundo; y mientras dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar» (Gén. 2:21: primer uso del término). El vocablo puede aplicarse también a la «parte carnosa» de los animales (Deut. 14:8). Génesis 41:2 habla de siete vacas «hermosas a la vista, y muy gordas». En Núm. 11:33 basar se refiere a la «carne» de las codornices que Israel aún masticaba. De modo que «carne» se refiere tanto a los vivos como a los muertos.
Basar a menudo se refiere a la «parte comestible» de los animales. Los hijos de Elí no conocían la Ley de Dios concerniente a la porción de los sacerdotes, de modo que «mientras era cocida la carne, el criado del sacerdote [Elí] iba con un tenedor de tres dientes en su mano» (1 Sam. 2:13 RVA). Sin embargo, insistían «aun antes que quemaran el sebo… «Da al sacerdote carne para asar, porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda» (literalmente «viviente», 1 Sam. 2:15 RVA). Basar representa entonces la «carne» animal comestible, ya sea cocida (Dan. 10:3) o cruda. A veces el término tiene la acepción de «carne» vedada (cf. Éx. 21:28).
El vocablo puede representar solo una parte del cuerpo. En ciertos casos se considera que el cuerpo consiste de dos partes, «carne» y hueso: «Esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque fue tomada del hombre» (Gén. 2:23 RVA). Esa porción del elemento «carnal», el prepucio, debía removerse mediante circuncisión (Gén. 17:11). En otro grupo de pasajes se habla de tres elementos del cuerpo: «carne», «piel» y «huesos» (Lam. 3:4). Núm. 19:5 menciona la «carne», el «cuero», la «sangre» y el «estiércol» de una novilla. En Job 10:11 leemos: «De piel y de carne me vestiste, y me entretejiste con huesos y tendones».
«Carne» a veces se refiere a «pariente consanguíneo»: «Labán le dijo [a Jacob]: Ciertamente eres hueso mío y carne mía» (Gén. 29:14). Por sí solas, las frases «tu carne» o «nuestra carne» pueden tener la misma acepción: «Venid, vendámoslo a los ismaelitas. No pongamos nuestra mano sobre él, porque es nuestro hermano, nuestra carne» (Gén. 37:27 RVA). La frase see˒r basar se traduce como una parienta «consanguínea» (Lev. 18:6 BJ; «parienta próxima» RV-95, RVR; «parienta cercana» NRV, RVA; «pariente directa» BLA).
Unas 50 veces «carne» se refiere al «aspecto físico» de seres humanos o animales, en contraposición al espíritu, alma y, metafóricamente, corazón. Refiriéndose a seres humanos, encontramos este uso en Núm. 16:22 (RVA): «Oh Dios, Dios de los espíritus de todo ser humano [«toda carne» NRV]: Cuando un solo hombre peca, ¿te has de enfurecer contra toda la congregación?» En pasajes como este, basar resalta la «parte visible y estructural» de una persona o de un animal.
En unos pocos pasajes el vocablo parece significar «piel» o la parte visible del cuerpo: «Por la voz de mi gemido, mis huesos se han pegado a mi carne» (Sal. 102:5; 119:120). En un pasaje como Lev. 13:2 se distingue claramente entre los respectivos significados de «carne» y «piel»
A veces basar representa el «pene u órgano masculino»: «Hablad a los hijos de Israel y decidles que cualquier hombre cuyo cuerpo [carne] tiene flujo seminal, quedará impuro a causa de su flujo» (Lev. 15:2).
El término «toda carne» tiene varios significados. En Deut. 5:26 quiere decir «toda la humanidad»: «Porque, ¿quién es el ser humano para que oiga, como nosotros, la voz del Dios vivo… ?» En otro lugar esta frase se refiere a «todo ser viviente dentro del cosmos», es decir, a todas las personas y los animales (Gén. 6:17).