Hebrón, Quiriat-sefer y Debir
Jueces 1:10-11
Autor:
«Y marchó Judá contra el cananeo que habitaba en Hebrón, la cual se llamaba antes Quiriat-arba; e hirieron a Sesai, a Ahimán y a Talmai. De allí fue a los que habitaban en Debir, que antes se llamaba Quiriat-sefer» (Jueces 1:10-11).
Hebrón significa comunión, y Quiriat-sefer, el nombre de la ciudad vecina asociada a ella, significa «ciudad del libro». Esto nos recuerda el precioso libro, la Biblia, del que debemos apropiarnos. ¿Hacer nuestra la Biblia? Sí, tenemos que apoderarnos de ella para nosotros mismos, para encontrar nuestro placer en este Libro que nos habla de Dios.
Cuando esta ciudad de Quiriat-sefer fue tomada, su nombre fue cambiado a Debir, que significa «palabra de Dios». ¡Qué victoria que la Biblia se convierta en la Palabra de Dios para nosotros! Si tomamos posesión de la Palabra de Dios, si hacemos de su doctrina una realidad viva, si la recibimos como la voz de Dios que habla a su pueblo, entonces la alabanza, la adoración y el gozo podrán expresarse y tendremos poder. ¡Ay! La Iglesia no lo ha hecho; ha olvidado rápidamente la doctrina. El resultado fue la oscuridad y la decadencia.
Así es con cada uno de nosotros. Supongamos que usted o yo dejáramos el Libro cerrado, o que nos aferráramos solo a la letra de la Palabra en lugar de vivirla en la práctica. ¿Cuál será el resultado? Habrá poco progreso y crecimiento, y más bien desearemos una enseñanza que se adapte al gusto del hombre natural. Este es el triste estado de la Iglesia en su conjunto hoy en día.
Agradezcamos a Dios que, no obstante, haya excepciones. Recordemos esto: nuestra seguridad consiste en que la verdad tenga toda su autoridad. Para volver a Dios y encontrar el poder de él, debemos someternos enteramente a la verdad, debemos hacer de la Palabra de Dios una realidad viva para nuestras almas.