REUNIR, CONGREGAR

Qabats (6908, קָבַַץ), «juntar, recoger, reunir, congregar». El verbo también se encuentra en ugarítico, arábigo, arameo y en hebreo posbíblico; un término similar (con los mismos radicales pero con significado diferente) aparece en etiópico. Qabats está en todos los períodos del hebreo y unas 130 veces en la Biblia. El verbo ˒asap es casi un sinónimo de qabats; la única diferencia es que este tiene una gama más amplia de significados.

En primer lugar, qabats quiere decir «juntar» cosas en un solo lugar. El enfoque del vocablo puede ser el proceso de «juntar», como en Gén. 41:35 (primera vez que se usa el término): José aconsejó al faraón que nombrase funcionarios para que «junten [«recojan» LBA; «acumulen» RVA] toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo» (RVR; cf. NRV). En este caso, el verbo indica el resultado del proceso, como en Gén. 41:48 (RVA): «Él juntó todas las provisiones de aquellos siete años en la tierra de Egipto». En un único pasaje qabats quiere decir «cosechar» (Isa. 62:9 RVA): «Más bien, los que lo cosechen [˒asap] lo comerán, y alabarán a Jehová; y los que lo recolecten [qabats] lo beberán en los atrios de mi santuario».

Este verbo señala metafóricamente lo que solo se puede «juntar» en sentido figurado. Este es el caso en Sal. 41:6, donde el corazón de un enemigo «recoge para sí iniquidad» («acumula» RVA) durante una visita, o sea, que el enemigo considera cómo puede usar todo lo que escucha y observa en prejuicio de su anfitrión.

Qabats a menudo se usa con la acepción de «reunir» o «congregar» personas. Por lo general, la «reunión» responde a un llamado, pero no siempre. En 1 Reyes 11:24 (RVA), David «reunió gente alrededor de sí y se hizo jefe de una banda armada». Dicha acción no fue el resultado de un llamado de David, sino en respuesta a las noticias que corrían acerca de él. Todo el relato muestra claramente que David no intentaba organizar una fuerza en oposición a Saúl, sino que cuando los hombres fueron a él, los organizó.

A menudo el verbo se refiere a «reunir» personas en un lugar determinado. Por ejemplo, cuando Jacob bendijo a sus hijos, los «juntó» y luego les pidió que se le acercaran más (Gén. 49:1-2). El mismo vocablo se usa con el sentido de «reunir» o «congregar» un ejército. Todos los hombres sanos y fuertes en Israel entre los 20 y 40 años pertenecían a un ejército. En tiempos de paz, los integrantes eran agricultores y artesanos; pero cuando amenazaba algún peligro, un líder los «congregaba» o «reunía» en un punto de encuentro y con ellos organizaba un ejército (cf. Jueces 12:4). Todo Israel podía ser «congregado» o «reunido», como ejército, para alguna batalla. Saúl, por ejemplo, «juntó a todo Israel, y acamparon en Gilboa» (1 Sam. 28:4). Este uso castrense también puede referirse a «organizar» un ejército permanente y prepararlo para la batalla. Los hombres de Gabaón dijeron: «Todos los reyes de los amorreos que habitan en las montañas se han unido [«reunido» LBA; «agrupado» RVA] contra nosotros» (Jos. 10:6). En 1 Reyes 20:1 RVA), qabats tiene este sentido con referencias a «concentrar» todo un ejército en un punto determinado: «Entonces Ben-adad, rey de Siria, reunió todo su ejército. Estaban con él treinta y dos reyes, con caballos y carros. Luego subió, sitió Samaria y combatió contra ella».

Las asambleas pueden reunirse con el objetivo de hacer un pacto: «Y dijo Abner a David: Yo me levantaré e iré, y juntaré a mi señor el rey a todo Israel, para que hagan contigo pacto» (2 Sam. 3:21). En varios casos, las asambleas se «convocan» para actividades cultuales: «Y Samuel dijo: Reunid a todo Israel en Mizpa… Se reunieron en Mizpa, y sacaron agua, y la derramaron delante de Jehová, y ayunaron aquel día» (1 Sam. 7:5-6; cf. Joel 2:16).

Cuando qabats aparece en su forma intensiva, Dios es a menudo el sujeto de quien depende del resultado de su acción. El verbo se usa en este sentido para hablar de «juicio divino»: «Como cuando se junta plata, cobre, hierro, plomo y estaño dentro del horno, y se sopla el fuego para fundirlos, así os juntaré en mi furor y en mi ira» (Ezeq. 22:20 RVA). Qabats se aplica también a «liberación divina»: «Jehová tu Dios también te restaurará de tu cautividad. Él tendrá misericordia de ti y volverá a reunirte de todos los pueblos a donde Jehová tu Dios te haya dispersado» (Deut. 30:3 RVA).

Un uso especial del verbo qabats («brillar», «experimentar emoción» o «palidecer») se encuentra en Joel 2:6: «Delante de Él tiemblan los pueblos, y palidecen todos los semblantes» (RVA).

˒Asap (622, אסַַף), «recoger, recaudar, llevar». Este verbo también está en acádico, ugarítico, fenicio y arameo. Se han constatado unos 200 casos en todos los períodos de la literatura bíblica.

Básicamente, ˒asap se refiere a «llevar objetos a un punto común». Esto puede significar «juntar» o «recoger», por ejemplo, víveres. La primera vez que se usa es cuando Dios dice a Noé que «tome alimentos para comer» (Gén. 6:21) para aprovisionar el arca. El verbo puede también significar «recoger» alimentos en tiempos de siega, es decir, «cosechar»: «Seis años sembrarás tu tierra y recogerás su producto» (Éx. 23:10 RVA). En 2 Reyes 22:4 se usa «recoger» no en sentido activo (salir y juntar), sino pasivo (esperar que las ofrendas se lleven a un punto común). Véase también Gén. 29:22 (RVA): «Entonces Labán reunió a todos los hombres de aquel lugar e hizo un banquete». Este pasaje también se concentra en el producto final de «reunirse», solo que en este caso quien «recoge» (llama) no maneja físicamente a los que se «reúnen». Solo actúa como impulsor o causa activa de la reunión de estas personas. Lo contrario ocurre cuando Dios «reúne» a una persona con sus padres, o sea, que provoca su muerte (2 Reyes 22:20). En este caso, el énfasis recae sobre el producto final y Dios es el agente que «reúne».

˒Asap no solo representa el proceso de llevar objetos a un lugar común; el vocablo también puede indicar «atraer» cosas a sí mismo. Después de «recogido» el producto de la cosecha en la era y el lagar, se celebraba la Fiesta de los Tabernáculos (Deut. 16:13). En Deut. 22:2, el hombre debe «recoger» en su hogar (traer y cuidar) un animal extraviado cuyo dueño no se encuentra. En la misma forma, Dios «recoge» a quienes sus familias han abandonado (Sal. 27:10). Una aplicación especial de este matiz es «recibir hospitalidad»: «Entraron y se sentaron en la plaza de la ciudad, porque no hubo quien los recibiese en su casa para pasar la noche» (Jueces 19:15 RVA). «Recoger» puede significar además «ser consumido»: Dios promete a su pueblo que «nunca más serán consumidos de hambre» (Ezeq. 34:29). Por último, cuando se usa de esta manera, «recoger» puede adquirir el significado de «encoger», como cuando Jacob «encogió» [˒asap] sus pies en la cama y expiró. Y fue reunido [˒asap] con sus padres» (Gén. 49:33).

El tercer énfasis del término tiene que ver con «retirar» o «quitar» algún objeto; la acción se percibe desde la perspectiva de quien pierde algo porque se lo quitaron («recogieron»). En Sal. 85:3, «reunir» significa «distanciarse» del interlocutor. Así la ira «desaparece»: «Retiraste toda tu furia» (LBA). Compárese con la declaración de Raquel cuando nace José: «Dios ha quitado mi afrenta» (Gén. 30:23). En circunstancias similares, Sara habla sobre la «destrucción» de su afrenta. En Jueces 18:25, «perder la vida» es traducción de «recoger el alma». Dios puede también ser agente de «recoger» o «llevarse» el alma: «No recojas mi alma junto con los pecadores» (Sal. 26:9 RVA). Con un matiz semejante, ˒asap puede expresar «ser curado» de una dolencia: «¡Ojalá mi señor se presentase al profeta que está en Samaria! Pues él lo sanaría [recogería] de su lepra» (2 Reyes 5:3 RVA).

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