REMANENTE

A - Nombres

She˒erît (7611, שְאֵרִִית), «resto; remanente; residuo». La idea del «remanente» juega un papel prominente en la economía salvífica divina en todo el Antiguo Testamento. El concepto del «remanente» se aplica particularmente a los israelitas que sobrevivieron calamidades como guerras, pestilencias y hambrunas, gente a la que el Señor en su misericordia protegió para que fuera su pueblo escogido: «Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Sion los sobrevivientes. ¡El celo de Jehová de los Ejércitos hará esto!» (2 Reyes 19:31 RVA; cf. Esd. 9:14).

Reiteradamente los israelitas sufrieron grandes catástrofes que les llevaron hasta el borde de la extinción. Por eso oraban a menudo como en Jer. 42:2: «Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros a Jehová tu Dios, por todo este resto (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como nos ven tus ojos)».

Isaías se vale 5 veces del término she˒erît para denotar a los que quedarían después de las invasiones asirias: «Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Sion los sobrevivientes. ¡El celo de Jehová de los Ejércitos hará esto!» (Isa. 37:32 RVA).

Miqueas también anunció el regreso del pueblo judío después del cautiverio. Profetizó: «Ciertamente reuniré a todo Jacob. Ciertamente recogeré al remanente de Israel» (2:12 RVA). También predijo: «De la que cojea haré un remanente, y de la agobiada haré una nación poderosa. Y Jehová reinará sobre ellos en el monte Sion, desde ahora y para siempre» (4:7 RVA). En 5:7-8 y 7:18, Miqueas anuncia un concepto similar.

Jeremías discute la difícil situación de los judíos que huyeron a Egipto después que Nabucodonosor capturara a Jerusalén: «Asimismo, todos los judíos que estaban en Moab, entre los hijos de Amón y en Edom, y los que estaban en todos los países, cuando oyeron decir que el rey de Babilonia había dejado a Judá un remanente… Johanán hijo de Carea habló a Gedalías en secreto, en Mizpa, diciendo: –Permite que yo vaya y mate a Ismael… ¿Por qué te ha de quitar la vida, de modo que todos los judíos que se han agrupado alrededor de ti sean dispersados y perezca el remanente de Judá?» (Jer. 40:11, 15 RVA).

Sofonías, profeta del siglo siete, identifica el «remanente» con los pobres y humildes (Sof. 2:3, 7; 3:12-13). Zacarías anuncia que un «remanente» presenciará la venida del reino del Mesías (Zac. 12:10-13:1; 13:8-9).

She˒ar (7605, שְְאר), «resto; remanente; residuo». Isaías describe el «remanente» de Israel: «Acontecerá en aquel día que el remanente de Israel y los de la casa de Jacob que hayan escapado nunca más se apoyarán en el que los golpeó, sino que verdaderamente se apoyarán en Jehová, el Santo de Israel» (Isa. 10:20 RVA).

Nótese que se puede percibir una doble temática en los pasajes proféticos relacionados con el «remanente»: (1) Sobrevivirá un «remanente» cuando se castiga al pueblo, y (2) la sobrevivencia del «remanente» y el hecho de que perdura contiene una nota de esperanza para el futuro. En Isa. 10:21 se anuncia: «¡Un remanente volverá; un remanente de Jacob volverá al Dios fuerte!» (RVA). En Isa. 11:11 el profeta proclama: «Asimismo, acontecerá en aquel día que Jehová volverá a poner su mano para recobrar el remanente que habrá quedado de su pueblo, desde Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar, Hamat y las costas del mar» (RVA).

Yeter (3499, יֶתֶֶר), «resto; remanente». Yeter se encuentra 94 veces en el Antiguo Testamento hebreo. Por lo general, aparece en los libros históricos (45 veces) en la frase estereotipada «los demás hechos», como por ejemplo: «Los demás hechos de Salomón, y todo lo que hizo, y su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de los hechos de Salomón?» (1 Reyes 11:41). En estos versículos, yeter sirve para hacer referencia a los hechos que no se incluyeron en las obras de los historiógrafos bíblicos.

El significado más general de yeter es «el resto; lo que queda»: del botín (Núm. 31:32); de los gigantes (Deut. 3:11); del reino (Jos. 13:27); y del pueblo (Jueces 7:6). Encontramos una buena ilustración de esto en lo que Joel enseña sobre las langostas: «Lo que quedó de la oruga comió el saltón [la langosta], y lo que quedó del saltón comió el revoltón [pulgón]; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado» (Joel 1:4).

Los profetas usaron she˒erît como un término técnico para «el remanente de Israel». Predijeron que después del cautiverio un «remanente» de temerosos de Dios regresarían a la tierra (cf. Hag. 2:2-3). Algunos profetas (Miqueas, Sof. 2:9) usaron yeter con este propósito: «Sin embargo, Dios los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz, y vuelva el resto [yeter] de sus hermanos para reunirse con los hijos de Israel (Miq. 5:3).

Las traducciones del término en la Septuaginta son: loipos («lo que queda; resto; lo restante») y kataloipos («lo que queda; sobrante»).

Otros nombres que aparecen con poca frecuencia tienen relación con yeter. Yôter («ventaja; exceso; excedente; sobre») se puede encontrar en Ecl. 6:8 (RVA): «¿Qué ventaja tiene el sabio sobre el necio? ¿Qué gana el pobre que sabe conducirse ante los demás seres vivientes?» Yitra quiere decir «abundancia» o «riquezas» y se encuentra únicamente en Jer. 48:36. Yitrôn puede referirse a «ventaja, ganancia, lucro» y aparece solamente en Ecl. 1:3; 2:11. Yoteret, «apéndice del hígado», aparece unas 10 veces (cf. Éx. 29:13, 22; Lev. 3:4, 10, 15). Môtar, que significa «abundancia, superioridad, lucro», se encuentra en Prov. 14:23.

B - Verbos

Sha˒ar (7604, שָָאר), «quedar, sobrar». Este verbo y sus nombres derivados aparece unas 220 veces en el Antiguo Testamento.

Noé y su familia se convirtieron en «remanente», las únicas personas que sobrevivieron el diluvio: «Solo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca» (Gén. 7:23 RVA). En los días de Eliseo, cuando el pueblo escogido de Dios en el reino del norte cayó en apostasía, el Señor anunció: «Pero dejaré siete mil en Israel, todas las rodillas que no se han doblado ante Baal» (1 Reyes 19:18 LBA).

Durante el período del precautiverio, Isaías hizo hincapié en la idea del remanente. El profeta habla de juicio sobre la tierra, pero que el remanente «quedaría»: «Por esta causa una maldición ha devorado la tierra, y los que la habitan son culpables. Por esta causa han disminuido los habitantes de la tierra, y quedan muy pocos seres humanos» (Isa. 24:6 RVA). Isa. 4:3 se refiere al «remanente» que comparte santidad: «Acontecerá que el que se quede [sha˒ar] en Sion, como el que sea dejado en Jerusalén, será llamado santo».

En los escritos de los profetas, la idea del «remanente» fue adquiriendo una relevancia cada vez mayor. Sin embargo, ya desde el Pentateuco se comenzaba a manejar el concepto. La idea de «los que quedaron» o «escaparon», en particular una parte del pueblo de Israel, se remonta hasta Deut. 4:27 (RVA): «Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehová» (cf. Deut. 28:62). En estos pasajes, Moisés advierte que si Israel deja de cumplir con los requisitos del pacto mosaico, el Señor los esparciría entre las naciones y entonces volvería a reunir un «remanente».

En Neh. 1:2-3 (RVA) se describe la condición del «remanente» de Israel: «Les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. Ellos me dijeron: "El remanente, los que han quedado de la cautividad allí en la provincia, está en gran dificultad y afrenta"».

Yatar (3498, יָתַַר), «sobrar, ser superfluo». Este verbo está relacionado con otras lenguas semíticas donde la raíz yatar/watar expresa una condición de abundancia (ugarítico, fenicio, arábigo). En hebreo, muchas formas se derivan del verbo yatar. El término se encuentra unas 107 veces, entre ellas en Dan. 10:13 (RVA): «El príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí que Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme; y quedé allí con los reyes de Persia».

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