PERSEGUIR
Radap (7291, רָדַַף), «perseguir, seguir, rebasar, alcanzar». Este verbo también se encuentra en cóptico, siríaco, mandeo, arábigo y arameo posbíblico. Aparece en la Biblia unas 135 veces y en todos los períodos.
El significado básico del vocablo es «perseguir» o «andar detrás» de un enemigo con la intención de alcanzarlo y derrotarlo. En la mayoría de los casos radap es un término militar. Se encuentra primero en Gén. 14:14, donde se narra que Abram alistó a su gente (318 hombres) y «los siguió [quienes capturaron su pariente] hasta Dan» (Gén. 14:14). Un matiz de este verbo es «perseguir» a un enemigo derrotado con la intención de matarlo: «Los atacó de noche, él con sus siervos, los derrotó y los persiguió hasta Hoba, que está al norte de Damasco» (Gén. 14:15 RVA). Se puede perseguir a alguien que no es precisamente un enemigo, fue así como Labán «tomó consigo a sus parientes [ejército] y fue tras él [Jacob] en el camino, por siete días, y lo alcanzó en la región montañosa de Galaad» (Gén. 31:23 RVA). A veces radap indica «perseguir» a alguien sin tener en mente un lugar o dirección, como es el caso cuando se busca a una persona (o se rastrea un animal). Vemos esta acepción en 1 Sam. 26:20, cuando David preguntó a Saúl por qué se esforzaba tanto en una tarea con tan poca importancia (perseguirlo a él), «como quien persigue una perdiz por los montes». La palabra aparece en Jos. 2:5, cuando Rahab dice a los soldados de Jericó: «Esos hombres se salieron, y no sé a dónde han ido; seguidlos aprisa, y los alcanzaréis». Este versículo expresa el primer significado mencionado, pero en Jos. 2:22 (RVA) el énfasis cambia a buscar o perseguir un enemigo cuya ubicación se ignora con el fin de matarlo: «Caminando ellos, llegaron a la región montañosa y estuvieron allí tres días, hasta que los que los perseguían regresaron. Quienes los perseguían los buscaron por todo el camino, pero no los hallaron». Otro matiz de radap puede significar «enfrentar y poner en fuga» o «ahuyentar». Moisés recuerda a los israelitas que «los amorreos… salieron a vuestro encuentro, os persiguieron como lo hacen las avispas, y os destrozaron desde Seír hasta Horma» (Deut. 1:44 RVA). Las abejas no acostumbran perseguir a sus víctimas, pero sin lugar a duda los ponen en fuga o ahuyentan. En Jos. 23:10 (RVA), Israel debe recordar que «uno de vosotros persigue a mil, porque Jehová vuestro Dios combate por vosotros, como Él os ha prometido» (cf. Lev. 26:8).
Con otro sentido, radap indica el final victorioso de «perseguir»; el perseguidor alcanza al perseguido pero no logra (en caso de un ejército) derrotarlo completamente; por tanto, continúa la persecución hasta destruir totalmente al enemigo. Dentro de esta acepción, en Deut. 28:22 (RVA), se advierte a Israel acerca del castigo por desobedecer a Dios: «Jehová te herirá con tisis, con fiebre… los cuales te perseguirán hasta que perezcas» (cf. v. 45). Encontramos el mismo énfasis en Deut. 16:20 donde Dios amonesta a Israel: «La justicia, la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra» (RVR). Israel debe «perseguir» (andar detrás de) la justicia y «solo la justicia» (RVA). Esta es una meta que cuando se logra nunca se ha cumplido del todo. Por eso, Israel debe siempre mantener la justicia en su medio y al mismo tiempo no dejar de «perseguirla». El mismo sentido se halla en otros usos figurados del vocablo: «Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida» (Sal. 23:6; cf. Isa. 1:23; 5:11; Oseas 6:3).
Dentro de la misma línea, otro significado de radap es «seguir», no con la intención de dañar a alguien, sino simplemente «alcanzar». Es así como cuando Giesi «siguió» a Naamán, lo alcanzó y le pidió un talento de plata y dos mudas de ropa (2 Reyes 5:21-22). El vocablo también significa «seguir en pos» en sentido de «seguir a un líder» o de practicar sus enseñanzas. «Los que pagan mal por bien me son hostiles, por seguir [«practicar» NVI] yo lo bueno» (Sal. 38:20 RVA; cf. 119:150; Prov. 21:21).
El tercer significado de radap, «perseguir», indica la imposición constante de dolor o tribulación sobre los enemigos. Este significado se encuentra en Deut. 30:7 (RVA): «Luego Jehová tu Dios pondrá todas estas maldiciones sobre tus enemigos y sobre los que te aborrecen, y te persiguieron» (cf. Job 19:22, 28).
Un uso especial de radap se encuentra en Ecl. 3:15: «Dios recupera [nos da la responsabilidad por] lo que ya pasó (RVA; lit. «da alcance a lo que huye» NBE)». Los seres humanos deben servir a Dios (temerle) porque Él controla todas las cosas. Debemos estar de su lado pues es del todo soberano. La modalidad intensiva a veces significa perseguir implacable o apasionadamente (como una ramera que «persigue» a sus amantes (Prov. 11:19).