PARARSE, DE PIE
A - Verbos
Natsab (5324, נָצַַב), «pararse, estar de pie, situar, instalar, erigir». Este verbo, que se encuentra en hebreo antiguo y moderno, se remonta al menos hasta el antiguo ugarítico. Se encuentra alrededor de 75 veces en la Biblia hebrea y aparece por primera vez en Gén. 18:2: «Tres hombres que estaban de pie frente a él» (RVA).
Hay varias maneras de pararse con un propósito definido en un lugar determinado: «Ponte frente a él a la orilla del Nilo» (Éx. 7:15 RVA); de pie: «Todo el pueblo se levantaba y permanecía de pie, cada uno a la entrada de su tienda» (Éx. 33:8 LBA); o erguido: «Mi gavilla se levantaba y se mantenía erguida» (Gén. 37:7 RVA). Tener una posición superior a otro equivale a estar «situado» o «ubicado» encima de él: «Azarías hijo de Natán, sobre [lit. «situado o parado»] los gobernadores» (1 Reyes 4:5). «Parar» un objeto puede significar «erigirlo»: «Jacob erigió una piedra» (Gén. 35:14 RVA). «Parar» puede además expresar «detener»; según Sal. 78:13, cuando Israel atravesó el mar de Juncos (mar Rojo) Dios «contuvo las aguas como en un montón» (LBA; «un dique» RVA; «un muro» NVI). A veces es necesario «fijar o establecer» un límite fronterizo (Deut. 32:8).
˓Amad (5975, עָמַַד), «erguirse; adoptar una posición; ubicarse; estar quieto». Fuera del hebreo bíblico, donde se encuentra unas 520 veces durante todos los períodos, el verbo aparece únicamente en acádico («pararse, apoyarse»). En arábigo encontramos un término que se escribe igual, pero que significa «esforzarse».
El significado básico de este verbo es «mantenerse de pie». Es lo que quiere decir en Gén. 18:8, la primera vez que se usa en la Biblia. Es lo que hace un soldado cuando está de guardia (2 Sam. 18:30). De este significado básico surge la acepción «establecerse, estar inmóvil, erguirse» en un mismo lugar; las suelas de las sandalias de los sacerdotes «descansaron» (se detuvieron sin moverse) en las aguas del Jordán (Jos. 3:13). Además, el sol y la luna se detuvieron a la orden de Josué (Jos. 10:13). Los ídolos se «mantienen parados» en un solo lugar siempre inmóviles, sugiriendo que no dan señales de vida (Isa. 46:7). ˓Amad puede usarse para indicar la existencia de una realidad. Mientras que en 2 Sam. 21:18 «hubo (hayah) otra batalla», en 1 Cr. 20:4 el conflicto «se levantó» o «se suscitó» (˓amad). En un contexto cúltico (actividades de adoración formal) este verbo tiene que ver con acercarse al altar para ofrecer un sacrificio. Describe la última etapa de este acercamiento, «permanecer formalmente» delante del altar (en la presencia de Dios; cf. Deut. 4:11). En este contexto «pararse» no indica inmovilidad e inacción; más bien se refiere a todo lo que se hace al ministrar delante de Dios (Núm. 16:9).
En otros contextos ˓amad sirve de antónimo a verbos que indican diversas formas de movimiento. El salmista alaba al hombre que no anda en (se comporta según) el consejo de los impíos ni se «detiene» (sirve) en los senderos de los pecadores (Sal. 1:1). Labán pidió a Jacob que, en lugar de permanecer «parado» (estacionado, sin entrar) a la puerta de su casa, entrara (Gén. 24:31). El verbo puede sugerir «inamovible» o imposible de mover: «La casa de los justos permanece» (Prov. 12:7 NVI). Encontramos otro matiz en Sal. 102:26, donde se enseña que Dios es indestructible y eterno; la creación perecerá «pero tú permaneces [lit. «estarás siempre de pie»]» (LBA, NVI). Esta no es la inmutabilidad de quien no hace nada o que se mantiene siempre parado en el mismo sitio, antes más bien la inmutabilidad de quien siempre existe, una cualidad que solo Dios en su persona tiene. Todas las demás existencias dependen de Él; la creación y todas las creaturas perecerán. En un sentido más limitado, la persona que sobrevive un golpe se mantiene «de pie» o con vida (Éx. 21:21). En contextos castrenses, «estar parado» es ser victorioso: «He aquí que dos reyes no pudieron resistirle; ¿cómo podremos resistir nosotros?» (2 Reyes 10:4; cf. Jueces 2:14).
˓Amad puede referirse al contenido o existencia inmutable de algún documento (Jer. 32:14), ciudad (1 Reyes 15:4), pueblo (Isa. 66:22) y culto (Sal. 19:9).
A veces, ciertas preposiciones imparten a este verbo connotaciones particulares. Jeroboam «consagró» a los sacerdotes en Bet-el; los hizo ponerse de pie, ministrar (1 Reyes 12:32). Con la preposición «a» el verbo puede indicar que se está en cierto lugar con el fin de realizar una tarea predeterminada. Así que Moisés dijo que ciertas tribus «estarán sobre el monte Gerizim para bendecir al pueblo» (Deut. 27:12). Con la misma preposición el verbo puede adquirir un contenido jurídico, refiriéndose a: (1) el hecho de estar ante un rey o parado delante de un juez (1 Reyes 3:16), y (2) a la posición (literal o metafórica) que un juez asume al pronunciar su sentencia (Ezeq. 44:24) o cuando emite un juicio (Isa. 3:13; cf. Éx. 17:6). Con la preposición «antes» ˓amad se usa para describir el trabajo de un sirviente delante de su patrón; así Josué estuvo «de pie» delante de Moisés (Deut. 1:38). Lo anterior no indica inactividad, sino todo lo contrario.
En Neh. 8:5 el verbo quiere decir «ponerse de pie o levantarse»; cuando Esdras abrió el libro, todo el pueblo «se puso de pie» (cf. Dan. 12:13).
Por lo general, la Septuaginta traduce ˓amad con algún verbo que significa «pararse» y cuando el contexto tiene algún carácter temporal, con verbos que significan «esperar o permanecer».
B - Nombres
˓Ammûd (5982, עַַמוד), «pilar; estrado»). El nombre ˓ammûd aparece 111 veces y generalmente significa alguna cosa que se mantiene erguida como un «pilar» (Éx. 26:32; Jueces 16:25). En ciertos casos puede referirse a un lugar acostumbrado de pararse (2 Reyes 11:14; «estrado» NBE).
Hay varios nombres, además de este, que se derivan del verbo ˓amad. ˓Omed aparece 9 veces y se refiere a «puestos determinados» (2 Cr. 30:16 LBA, BJ, NBE; BLA; «respectivo lugar» RVR). ˓Emdah, con un solo caso, significa «apoyo, emplazamiento» (Miq. 1:11). Ma˓amad, que aparece 5 veces, se refiere a «servicio» en 2 Cr. 9:4 y a «oficio o función» (al servicio de alguien) en 1 Cr. 23:28. Ma˓omad se halla solo una vez y con la acepción de «apoyo para el pie» o «suelo firme» (Sal. 69:2).