MORAR
A - Verbos
Yashab (3427, יָשַַב), «morar, sentarse, permanecer, habitar, quedar, esperar». El vocablo se encuentra más de 1.100 veces en todo el Antiguo Testamento y su raíz está grandemente diseminada en otras lenguas semíticas.
Yashab está por primera vez en Gén. 4:16, con su acepción más común, «morar»: «Partió Caín… y habitó [«se estableció» LBA, BJ] en la tierra de Nod» (RVA). El término reaparece en Gén. 18:1 (RVA): «[Abraham] estaba sentado en la entrada de la tienda». En Gén. 22:5, yashab se traduce: «Esperad [«quedaos» LBA] aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros» (RVA). El vocablo tiene el sentido de «permanecer»: «Permanece viuda en la casa de tu padre» (Gén. 38:11 RVA); se usa con casi el mismo sentido al respecto de Dios: «Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre. Tu trono de generación en generación» (Lam. 5:19). La promesa de regreso del cautiverio reza así: «Y edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas» (Isa. 65:21).
Yashab se combina a veces con otras palabras para formar expresiones idiomáticas de uso común. Por ejemplo: «Cuando se siente sobre el trono de su reino» (Deut. 17:18; cf. 1 Reyes 1:13, 17, 24), tiene el significado de «comenzar a reinar». «Sentarse a la puerta» significa «presidir en audiencia pública» o «decidir un caso», como en Rut 4:1-2 y 1 Reyes 22:10. «Siéntate a mi diestra» (Sal. 110:1) significa asumir el segundo puesto. «Allí me sentaré para juzgar a todas las naciones» (Joel 3:12) fue una promesa acerca del juicio escatológico. «Sentarse en el polvo» o «sentarse en la tierra» (Isa. 47:1 RVR, cf. RVA) era señal de humillación y pena.
Yashab se usa a menudo metafóricamente en relación a Dios. Las oraciones: «Yo vi a Jehová sentado en su trono» (1 Reyes 22:19); «El que se sienta en los cielos se ríe» (Sal. 2:4 LBA); y «Dios se ha sentado sobre su santo trono» (Sal. 47:8), describen a Dios como gobernante supremo del universo. Este verbo también comunica la idea de que Dios «mora» entre los hombres: «¿Me edificarás tú [David] una casa en la que yo habite?» (2 Sam. 7:5 RVA; cf. Sal. 132:14). El uso de yashab en la siguiente cita describe la presencia de Dios sobre el arca del testimonio en el tabernáculo y el templo: «Jehová de los ejércitos, que moraba entre los querubines» (1 Sam. 4:4).
El vocablo también se usa para hablar de «estar» en la presencia de Dios: «Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida» (Sal. 27:4; cf. Sal. 23:6). «Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, en el lugar que has preparado como tu habitación, oh Jehová, en el santuario que establecieron tus manos, oh Señor» (Éx. 15:17 RVA).
Shakan (7931, שכַַן), «morar, habitar, asentarse, permanecer, quedar». Este vocablo se encuentra en muchas lenguas semíticas, incluyendo el antiguo acádico y ugarítico; también está por todos los niveles de la historia hebraica. Shakan aparece casi 130 veces en hebreo veterotestamentario.
Shakan se usa por primera vez con en el significado de «habitar» en Gén. 9:27: «Y habite en las tiendas de Sem». Moisés recibe una orden: «Que me hagan un santuario, y yo habitaré en medio de ellos» (Éx. 25:8 RVA).
Shakan proviene de la vida nómada y significa «morar en una tienda». Es así que Balaam «vio a Israel acampado según sus tribus» (Núm. 24:2 RVA). En esta cita el término quiere decir «morar provisionalmente» o «acampar», aunque también puede indicar «permanencia» (Sal. 102:28). Dios promete seguridad para Israel «para que habite en su lugar, y nunca más sea removido» (2 Sam. 7:10).
La versión Septuaginta del Antiguo Testamento se vale de un gran número de términos griegos para traducir yashab y shakan. Con todo, el vocablo kaitoikein se usa más que cualquier otro. Esta palabra también expresa en el Nuevo Testamento la «morada» del Espíritu Santo en la Iglesia (Efe. 3:17). Comparte este sentido con el término griego skenein («vivir en una tienda»), que se usa como traducción más directa de shakan. Juan 1:14 dice acerca de Jesús: «Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros». La Epístola a los Hebreos compara los sacrificios del tabernáculo de Israel en el desierto con el sacrificio de Jesús como el verdadero tabernáculo. Y el mensaje de Dios a Juan en Patmos es: «He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él morará con ellos; y Dios mismo estará con ellos como su Dios» (1 Tim. 21:3).
B - Nombre
Mishkan (4908, משְכַַן), «morada; tienda». Este vocablo se encuentra casi 140 veces y con frecuencia se refiere al «tabernáculo» en el desierto (Éx. 25:9). Más tarde mishkan se usó para referirse al «templo». Esta acepción tal vez preparó el camino para el conocido término shekînah, de amplio uso en el judaísmo tardío para referirse a la «presencia» de Dios.
C - Participio
Yashab (3427, יָשַַב), «permaneciendo; habitante». Este participio a veces se usa como frase adjetival: «Jacob… era hombre tranquilo y solía permanecer en las tiendas» (Gén. 25:27 RVA). Sin embargo, Gén. 19:25 (RVA) ilustra el uso más frecuente del término: «Todos los habitantes de las ciudades».