MESÍAS

A - Nombres

Mashîaj (4899, מָשיחַ), «ungido; Mesías». De los 39 casos de mashîaj, ninguno se encuentra en la literatura sapiencial. Aparecen diseminados en la literatura bíblica restante en todos los períodos.

Primero, mashîaj se refiere a alguien que han ungido con aceite, simbolizando la unción del Espíritu Santo para tareas específicas. Se ungían a reyes (1 Sam. 24:6), sumo sacerdotes y algunos profetas (1 Reyes 19:16). «Si el sacerdote ungido pecare según el pecado del pueblo» (Lev. 4:3: primer ejemplo bíblico). En el caso de Ciro, el Espíritu de Dios lo ungió con la comisión especial de ser libertador de Israel (Isa. 45:1). A los patriarcas también se les llama «ungidos»: «¡No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas!» (Sal. 105:15).

Segundo, el vocablo a veces se translitera «Mesías». Después de la promesa a David (2 Sam. 7:13), mashîaj se refiere inmediatamente a la dinastía davídica, pero al final apunta hacia el «Mesías», Jesucristo: «Se presentan los reyes de la tierra, y los gobernantes consultan unidos contra Jehová y su Ungido» (Sal. 2:2 RVA). Dan. 9:25 contiene una transliteración del término: «Conoce, pues, y entiende que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar Jerusalén hasta el Mesías Príncipe». En el Nuevo Testamento se constata el mismo significado de este vocablo (Juan 1:41). Es más frecuente en el Nuevo Testamento traducir el vocablo («Cristo») en lugar de transliterarlo («Mesías»).

Mishjah (4888, מִשְחָָה), «unción». Este nombre aparece 21 veces y únicamente en Éxodo, Levítico y Números. Siempre sigue al término hebraico «aceite» u «óleo». La primera vez que se encuentra es en Éx. 25:6: «Aceite para la iluminación, especias aromáticas para el aceite de la unción y para el incienso aromático».

B - Verbo

Mashaj (4886, מָשַַח), «untar con aceite o pintura, ungir». Este verbo, que aparece 69 veces en hebreo bíblico tiene cognados en ugarítico, acádico, arameo y arábigo. Los complementos del verbo son personas, animales para sacrificio y objetos cúlticos. En Éx. 30:30 (RVA) se ungen a Aarón y sus hijos: «También ungirás a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás, para que me sirvan como sacerdotes».

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