MALDECIR

A - Verbos

Qalal (7043, קָלַַל), «ser insignificante, liviano, ligero, veloz; maldecir». Este vocablo de gran amplitud se encuentra tanto en hebreo antiguo como moderno, en antiguo acádico y (según algunos expertos) en antiguo ugarítico. El término aparece unas 82 veces en el Antiguo Testamento hebraico. Como se podrá percibir, sus diversos matices surgen de la idea básica de ser «insignificante o ligero», con connotaciones un tanto negativas.

Qalal se encuentra por primera vez en Gén. 8:8: «Para ver si las aguas se habían retirado» (RVR, RV 95; «disminuido» RVA, LBA; «bajado» LVP; «menguado» BJ; «secado» BPD, SBP). Todos estos términos indican la disminución (o aligeramiento) de una condición anterior.

La idea de «ser veloz» se usa en la forma comparativa del hebreo. Por lo que Saúl y Jonatán eran «más veloces que las águilas» (2 Sam. 1:23 RVA: literalmente, «más ligeros eran que águilas» RVR, LBA). Una idea parecida se expresa en 1 Sam. 18:23: «¿Os parece poca cosa ser yerno del rey… ?» (RVA, LBA).

A menudo qalal adquiere la idea de «maldecir», tratar como «insignificante» o despreciable (o sea «mal-decir»): «Igualmente el que maldijere [«trate sin respeto» BJ; cf. BLA] a su padre o a su madre, morirá» (Éx. 21:17 RVR). «Maldecir» significa «jurar» cuando se trata de alguna divinidad: «El filisteo maldijo a David por sus dioses» (1 Sam. 17:43). El aspecto negativo de «bendición» se expresa en el modo pasivo: «El más joven morirá a los cien años, y el [«pecador» RVR] que no llegue a los cien años [por lo tanto] será considerado maldito» (Isa. 65:20 RVA). Un uso semejante se puede ver en: «Su porción es maldita en la tierra» (Job 24:18).

La forma causativa del verbo a veces expresaba la idea de «aligerar, quitar una carga»: «Quizás aligere el peso de su mano sobre vosotros» (1 Sam. 6:5 RVA); «Así aliviarás la carga que hay sobre ti» (Éx. 18:22 RVA).

˒Arar (779, ארַַר), «maldecir». Esta raíz se encuentra en sudarábigo, etiópico y acádico. El vocablo aparece 60 veces en el Antiguo Testamento.

Se encuentra por primera vez en Gén. 3:14 y 17 (RVA): «Serás maldita entre todos los animales domésticos… Sea maldita la tierra por tu causa». Más de la mitad de todos los casos se encuentran en esta modalidad. Es una declaración de juicio sobre los que quebrantan el pacto, como por ejemplo en Deut. 27:15-26, donde se repite doce veces: «Maldito el hombre».

«Maldecir» a menudo aparece en paralelo con «bendecir». Las dos «maldiciones» en Gén. 3 están en marcado contraste con las dos bendiciones en Gén. 1 («Y Dios los bendijo»). El pacto abrahámico incluye: «Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré [son dos raíces diferentes]» (Gén. 12:3 RVA). Comparar en Jer. 17: «Maldito el varón que confía en el hombre» (v. 5) con «Bendito el varón que confía en Jehová» (v. 7).

Los paganos se valían del poder de la «maldición» para deshacerse de sus enemigos, como cuando Balac procuró a Balaam: «Ven y maldíceme a este pueblo» (Núm. 22:6 RVA). Israel usaba en sus ceremoniales «el agua amarga que acarrea maldición» (Núm. 5:18ss RVA).

Solo Dios puede efectivamente «maldecir». Es una revelación de su justicia en apoyo a su derecho a la obediencia absoluta. Los seres humanos pueden hacer suyas las «maldiciones» de Dios encomendándoles sus agravios y confiando en sus juicios justos (cf. Sal. 109:26-31).

La Septuaginta traduce ˒arar con epikatarasthai, sus compuestos y derivados; por esta vía llega al Nuevo Testamento. «Maldición» en el Antiguo Testamento se resume en la siguiente declaración: «Maldito el varón que no obedeciere las palabras de este pacto» (Jer. 11:3). El Nuevo Testamento responde: «Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)» (Gál. 3:13).

B - Nombre

˒Alah (423, אלָָה), «maldición; juramento». Hay cognados de este vocablo en fenicio y arábigo. Los 36 casos veterotestamentarios del nombre se encuentran en todos los períodos de la literatura bíblica. A diferencia de ˒arar («maldecir o anatemizar») y qalal («maldecir abusando o empequeñeciendo»), ˒alah se refiere fundamentalmente a «la ejecución del juramento requerido para validar un pacto o acuerdo». Como nombre, ˒alah se refiere propiamente al «juramento»: «Entonces, cuando hayas llegado a mi familia, quedarás libre de mi juramento; y aunque no te la den, también quedarás libre de mi juramento» (Gén. 24:41 RVA: primer caso). El «juramento» consistía de una «maldición» sobre la cabeza del que quebrantara el acuerdo. Este mismo sentido aparece en Lev. 5:1 con referencia a una «maldición» general contra cualquiera que testificara falsamente en un caso jurídico.

Por tanto, ˒alah denota una «maldición» que sirve para dar validez a un compromiso o nombramiento y que puede servir de conclusión a cualquier acuerdo o pacto. Por otro lado, el vocablo expresa una «maldición» en contra de otro, se conozca o no su identidad.

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