LLAMAR, CLAMAR

A - Verbo

Qara˒ (7121, קָרָָא), «llamar, clamar, recitar». Esta raíz aparece en arameo antiguo, cananeo y ugarítico, así como en otras lenguas semíticas (excepto etiópico). El vocablo se encuentra en todos los períodos del hebreo bíblico.

Qara˒ puede referirse al acto de «llamar por nombre». Poner nombre a alguna cosa es a menudo una declaración de soberanía sobre ella; este es el caso en el primer ejemplo de qara˒: «Llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche» (Gén. 1:5). La acción divina de crear, «llamar» (dar nombres) y contar (enumerar) abarca hasta las estrellas (Sal. 147:4) y todas las demás cosas (Isa. 40:26). Dios permite que Adán «nombre» a los animales como una demostración concreta de su soberanía relativa sobre ellos (Gén. 2:19). La soberanía divina y la elección se hacen extensivas a todas las generaciones porque Dios los «llamó» a todos desde el principio (Isa. 41:4; cf. Amós 5:8). «Llamar» o «nombrar» a un individuo puede indicar sus principales características (Gén. 27:36); puede consistir en una confesión o evaluación (Isa. 58:13; 60:14); o bien puede reiterar una verdad eterna (Isa. 7:14).

El verbo se usa también para indicar el «llamamiento a una tarea especial». En Éx. 2:7, María la hermana de Moisés pregunta a la hija del faraón si quiere que vaya a «llamar» a una nodriza. Dios «llamó» (eligió) a Israel para ser su pueblo (Isa. 65:12), así como lo serían los gentiles durante la era mesiánica (Isa. 55:5).

«Clamar» a Dios es solicitar su ayuda. Encontramos este énfasis en Gén. 4:26, donde los hombres comenzaron a «invocar» el nombre del Señor. Esta invocación está en el contexto de la caída y del asesinato de Abel. Es evidente que lo anterior no significa que apenas comenzaban a orar, porque hubo comunicación entre Dios y los hombres desde el Edén; tampoco indica que fue el inicio del culto formal a Dios, pues esta práctica empezó a lo menos desde las primeras ofrendas de Caín y Abel (Gén. 4:7ss). Cuando Abraham «invoca» el nombre de Jehová, seguramente pide su ayuda (Gén. 12:8). «Llamar» en este caso constituye una oración motivada por una necesidad reconocida y dirigida a Aquel que está dispuesto y es capaz de responder (Sal. 145:18; Isa. 55:6).

Básicamente, qara˒ significa «clamar a viva voz» con el fin de llamar la atención de la persona con la que se quiere comunicar. Elifaz dice a Job: «¡Clama, pues! ¿Habrá quien te responda? ¿A cuál de los santos acudirás?» (Job 5:1). A menudo el verbo indica una comunicación prolongada que tiene un significado paralelo a «decir» (˒amar), como en Gén. 3:9: «Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo». Qara˒ puede significar también «pregonar una advertencia» para evitar contaminación: «En cuanto al leproso que tiene la llaga, sus vestidos serán rasgados, y su cabeza será despeinada. Se cubrirá hasta la nariz y pregonará: ¡Impuro! ¡Impuro!» (Lev. 13:45 RVA).

Qara˒ puede significar «gritar» o «clamar a viva voz». Goliat «dio voces a los escuadrones de Israel» (1 Sam. 17:8) retándoles a un duelo (combate individual). A veces los pueblos antiguos resolvían sus batallas a través de sus paladines. Antes de atacar a un enemigo, Israel debía ofrecerles la paz: «Cuando te acerques a una ciudad para pelear contra ella, le ofrecerás primero la paz» (Deut. 20:10 LBA).

Qara˒ puede también indicar el acto de «proclamar» o de «anunciar», como cuando Israel proclamó la paz a los hijos de Benjamín (Jueces 21:13). Esta connotación aparece primero en Gén. 41:43: «Luego lo hizo subir en su segundo carro, y proclamaban delante de él [José]: «¡Doblad la rodilla!»» (RVA). Amán recomienda que el rey Asuero adorne a la persona que recompensaría y que «proclame» («anuncie») delante de él: «Así se hace al hombre a quien el rey quiere honrar» (Est. 6:9 LBA). Esta proclama daría a conocer a todo el mundo que el rey recompensaba al que era objeto de estos honores. Los dos énfasis, «proclamación» y «anuncio», se unen en el término «pregonar» en Éx. 32:5 (RVA): «Aarón… pregonó diciendo: ¡Mañana habrá fiesta para Jehová!» Lo anterior sugiere la convocatoria de una asamblea oficial del pueblo. En la literatura profética, qara˒ es un término técnico (especializado) que se usa cuando «se declara» un mensaje profético: «Porque sin duda vendrá lo que él dijo a voces por palabra de Jehová» (1 Reyes 13:32).

Otro énfasis principal de qara˒ es «convocar»o «emplazar». Cuando el faraón descubrió el engaño de Abram concerniente a Sarai, lo «llamó» para que corrigiera la situación (Gén. 12:18). A menudo la «convocatoria» o «emplazamiento» se expresa en forma de una invitación amistosa, como cuando Reuel (o Jetro) dijo a sus hijas: «Llamadlo para que coma algo» (Éx. 2:20 RVA). El participio de qara˒ denota «huéspedes invitados»: «Cuando entréis en la ciudad, le encontraréis antes que él suba al lugar alto para comer… Después comerán los invitados» (1 Sam. 9:13 RVA). Se usa el verbo también en contextos jurídicos con el significado de «ser convocado a un juicio»; cuando a un hombre se le acusa de no cumplir con sus responsabilidades bajo la ley del levirato, «los ancianos de su ciudad lo llamarán y hablarán con él» (Deut. 25:8 RVA). Qara˒ se usa también con referencia a «reclutar» una persona o un ejército: «¿Qué es esto que has hecho con nosotros, de no llamarnos cuando ibas a combatir contra Madián?» (Jueces 8:1 RVA).

Se cree que la acepción «leer» proviene de «anunciar» y «declarar», puesto que las lecturas se hacían en voz alta para que otros pudiesen escuchar. Esta idea se encuentra en Éx. 24:7. En varios pasajes proféticos, la Septuaginta traduce qara˒ como «leer» en lugar de «proclamar» (cf. Jer. 3:12; 7:2, 27; 19:2)

Al menos una vez, el verbo «qara˒» quiere decir «dictar»: «Baruc les dijo: Él me dictaba todas estas palabras, y yo escribía con tinta en el libro» (Jer. 36:18).

B - Nombre

Miqra˒ (4744, מִקְרָָא), «convocatoria a culto público, convocación, asamblea». El vocablo expresa el producto de una convocatoria oficial al culto («asamblea»). En una de las 23 veces que aparece, miqra˒ se refiere a los sábados como «días de asamblea» (Lev. 23:2).

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