HUMILDAD, AFLICCIÓN

A - Verbos

Kana˓ (3665 ;כנע), «ser humilde, humillar, sojuzgar, someter». Este vocablo bíblico también se encuentra en hebreo moderno. El término puede significar «humillar, someter (sojuzgar), al mismo tiempo que en los modos pasivo o reflexivo tienen las acepciones de «ser humilde» o «humillarse». Aunque kana˓ aparece unas 35 veces en el Antiguo Testamento hebreo, no lo encontramos sino hasta Deut. 9:3: «Jehová tu Dios… los destruirá y humillará» (RVR, NRV; «someterá» RVA). Kana˓ se usa con frecuencia en este sentido de «someter, humillar» a enemigos (2 Sam. 8:1; 1 Cr. 17:10; Sal. 81:14). «Humillarse a sí mismo» ante Dios en arrepentimiento es un tema común en el antiguo Israel (Lev. 26:41; 2 Cr. 7:14; 12:6-7, 12).

Shapel (8213, שָפֵֵל), «ser humilde, derribar, rebajar, abatir». Esta raíz se encuentra en la mayoría de las lenguas semíticas (excepto en etiópico) con el significado básico de «rebajar» o «rebajarse». Shapel aparece unas 25 veces en el Antiguo Testamento. Es un término poético.

Como era de esperarse con términos poéticos, este se usa generalmente en sentido metafórico. Pocas veces shapel denota literalmente «bajeza».Y aun en pasajes donde el vocablo puede interpretarse de manera textual, el profeta está comunicando una verdad espiritual: «He aquí el Señor, Jehová de los ejércitos, desgajará el ramaje con violencia: y los árboles de gran altura serán cortados, y los altos serán humillados» (Isa. 10:33; «abatidos» RVA; «derribados» NRV). O bien: «¡Todo valle será rellenado, y todo monte y colina rebajados!» (Isa. 40:4). Isaías en particular presenta el pecado de Judá como rebelión, altivez y orgullo (2:17; 3:16-17). En su segundo capítulo reitera el enjuiciamiento divino a la soberbia humana. Cuando el Señor venga en gloria no tolerará el orgullo: «La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada» (Isa. 2:11); entonces «día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio [«arrogante» RVA] y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido [«humillado» RVA]» (Isa. 2:12 RVR). Isaías está aplicando a Judá el principio que se encuentra en Proverbios: «El altivo será humillado, pero el humilde será enaltecido» (Prov. 29:23 NVI).

El orgullo y la altivez no tienen lugar alguno en la vida de los justos, puesto que el Señor «abate» a personas, ciudades y naciones: «Jehová empobrece, y Él enriquece; abate, y enaltece» (1 Sam. 2:7).

Los profetas llaman al pueblo a arrepentirse y a demostrar su conversión a Dios humillándose. En general, no se hizo caso al llamado. Finalmente llegó el cautiverio y los babilonios humillaron a Israel. Todo esto, no obstante, les hizo llegar la promesa que, sin importar las circunstancias, Dios iniciaría la redención de su pueblo. Isaías expresó la magnitud de esta redención de la siguiente manera: «Preparad el camino de Jehová… ¡Todo valle será rellenado, y todo monte y colina rebajados!… Entonces se manifestará la gloria de Jehovah» (Isa. 40:3-5 RVA).

En la Septuaginta shapel se traduce tapeino («nivelar, ser humilde, humillar»). En las diferentes versiones en castellano se traduce como «abatir, bajar, derribar, humillar, rebajar, etc.».

˓Anah (6031, עָנה), «estar afligido, doblegarse, ser humillado, ser manso». Este vocablo, que es común tanto en el hebreo moderno como en el antiguo, es la fuente de varios términos importantes en la historia y experiencia del judaísmo: «humilde, manso, pobre y aflicción». ˓Anah aparece aproximadamente 80 veces en el Antiguo Testamento hebraico. Se encuentra por primera vez en Gén. 15:13: «Será oprimida cuatrocientos años».

A menudo ˓anah expresa un tratamiento duro y penoso. Sarai «trató duramente» a Agar (Gén. 16:6). Cuando vendieron a José como esclavo, los grillos le lastimaron sus pies (Sal. 105:18). Con frecuencia el verbo expresa la idea de que Dios envía aflicción con propósitos disciplinarios: «El Señor tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón» (LBA; véanse también 1 Reyes 11:39; Sal. 90:15). «Humillar» (BJ) o «deshonrar» (RVR, NRV) a una mujer significa violarla (Gén. 34:2 RVA). Al guardar del Día de Expiación, la «humillación propia» quizás se relacione con el requerimiento del ayuno del día (Lev. 23:28-29 RVA).

B - Nombre

˓Anî (6041, עָנִִי), «pobre; humilde; manso». Sobre todo durante la historia tardía de Israel, inmediatamente antes y después del cautiverio, este nombre llegó a relacionarse de manera especial con los fieles de quienes los ricos abusaban y se aprovechaban (Isa. 29:19; 32:7; Amós 2:7). La referencia del profeta Sofonías a los «mansos de la tierra» (Sof. 2:3) anticipó el ministerio solidario de Jesús con los «pobres» y «mansos» (Mat. 5:3, 5; Lucas 4:18; cf. Isa. 61:1). Ya para los tiempos del Nuevo Testamento, a «los pobres de la tierra» por lo general se les conocía como ˓am ha˓rets, «los pueblos de la tierra».

Algunos nombres relacionados con el verbo shapel son poco frecuentes. Shepel quiere decir «abatimiento, estado inferior». Aparece solo dos veces (Sal. 136:23; Ecl. 10:6). El nombre shiplah significa un «estado de humillación». El nombre aparece una vez: «Aunque caiga granizo cuando el bosque caiga, y la ciudad sea derribada por completo» (Isa. 32:19 LBA). Shepelah quiere decir «bajura». Más que nada, este vocablo designa técnicamente la franja de valles semifértiles y de montes de poca elevación que separa la costa de Judea de la región de cerros escarpados que bordea la ribera occidental del Jordán y mar Muerto (cf. Deut. 1:7; Jos. 9:1). Shiplût expresa «hundimiento». El único caso en la Biblia está en Ecl. 10:18: «Por la pereza se hunde el techo, y por la flojedad de manos tiene goteras la casa». El término sugiere negligencia, o sea, un «decaimiento» de manos.

C - Adjetivo

Shapal (8217, שָפָָל), significa «bajo; humilde». En Ezeq. 17:24, esta palabra quiere decir «bajo»: «Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo». En Isa. 57:15 shapal se traduce «humilde»: «Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu».

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