FIDELIDAD

A - Nombre

˒Emûnah (530, אֱמונָָה), «fidelidad». Este vocablo se encuentra en púnico como emanethi («certeza»). En el Antiguo Testamento hebraico el nombre aparece 49 veces, principalmente en el libro de los Salmos (22 veces). La primera vez que el término aparece se refiere a las manos de Moisés: «Ya las manos de Moisés estaban cansadas; por tanto, tomaron una piedra y la pusieron debajo de él, y él se sentó sobre ella. Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro del otro lado. Así hubo firmeza en sus manos hasta que se puso el sol» (Éx. 17:12 RVA).

El significado básico de ˒emûnah es «certeza» y «fidelidad». El ser humano puede demostrar «fidelidad» en sus relaciones con su prójimo (1 Sam. 26:23). Pero en términos generales, la Persona hacia la que se es «fiel» es propiamente el Señor: «Y les mandó diciendo: Habréis de proceder con temor de Jehová, con fidelidad y con corazón íntegro» (2 Cr. 19:9 RVA). El Señor ha manifestado su «fidelidad» con su pueblo: «¡La Roca! su obra es perfecta, porque todos sus caminos son justos; Dios de fidelidad y sin injusticia, justo y recto es Él» (Deut. 32:4 LBA). Todas sus obras revelan su «fidelidad» (Sal. 33:4). Sus mandamientos expresan su «fidelidad» (Sal. 119:86 RVA); los que obedecen están en el camino de la «fidelidad»: «Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí» (Sal. 119:30). El Señor busca a quienes procuran hacer su voluntad de todo corazón. Sus caminos son afirmados y su bendición reposa sobre ellos: «El hombre fiel tendrá muchas bendiciones, pero el que se apresura a enriquecerse no quedará impune» (Prov. 28:20). La certeza de vida abundante se encuentra en la expresión tomada de Hab. 2:4 que se cita en el Nuevo Testamento (Rom. 1:17; Gál. 3:11): «He aquí, aquel cuya alma no es recta dentro de sí está envanecido, pero el justo por su fe vivirá» (RVA).

El vocablo ˒emûnah es sinónimo de tsedeq («rectitud, justicia», cf. Isa. 11:5), de jesed («misericordia», «benignidad», cf. Sal. 98:3 BNC; «amor», BJ; «lealtad» BLA, NBE; «gracia» SBH) y mishpat («justicia», cf. Jer. 5:1).

Jesed («amor») describe mejor la relación entre Dios e Israel; pero ˒emûnah también se ajusta. Oseas describe la relación de Dios con Israel en términos de un matrimonio y declara la promesa divina de «fidelidad»: «Te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y derecho, en lealtad y compasión. Yo te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová» (Oseas 2:19-20 RVA). En estos versículos, los términos «rectitud», «juicio» «derecho», «misericordia», «lealtad» y «fidelidad» demuestran que los sinónimos de ˒emûnah son términos relacionados con el pacto y expresan la «fidelidad» y el «amor» de Dios. La naturaleza de Dios avala la certeza del pacto y las promesas; Él es «fiel».

Los hechos (Prov. 12:22) y palabras (12:17) del ser humano deben reflejar su relación privilegiada con Dios. Como en la relación conyugal, la «fidelidad» no es opcional. Para establecer la relación, se requiere que las dos partes respondan mutuamente en «fidelidad». Isaías y Jeremías condenan al pueblo por no ser «fieles» a Dios: «Recorred las calles de Jerusalén; mirad, pues, y sabed. Buscad en sus plazas a ver si halláis un solo hombre, a ver si hay alguno que practique el derecho y que busque la fidelidad; y yo lo perdonaré» (Jer. 5:1 RVA; «verdad» RV, LBA; cf. Isa. 59:4; Jer. 7:28; 9:3).

La fidelidad se establecerá en la era mesiánica (Isa. 11:5). La expectativa profética se realizó en Jesucristo cuando sus contemporáneas vieron en Él la gracia (cf. jesed) de Dios y la verdad (cf. ˒emûnah): «La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás; el Dios único que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer» (Juan 1:17-18 RVA). Es significativo que Juan usara ambos términos lado a lado, tal como se encuentran juntos en el Antiguo Testamento.

Los términos que usa la Septuaginta son: aletheia («veracidad; confiabilidad; rectitud; verdad; realidad») y pistos («veracidad, fidelidad; confianza; fe»).

B - Verbo

˒Aman (539, אמַַן), «estar seguro, ser duradero; confiar, creer». Esta raíz se encuentra en acádico, ugarítico y fenicio. En el Antiguo Testamento, el número de casos de este vocablo no llega a 100.

De este verbo se derivan tres términos: ˒amen («amén» 30 veces; p. ej. Sal. 106:48), ˓emet («verdadero» 127 veces; p. ej. Isa. 38:18) y ˒emûnah («fidelidad»).

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