DERRAMAR

Yatsaq (3332, יָצַַק), «verter, derramar, fundir, fluir». Un término de uso común durante toda la historia de la lengua hebrea, se encuentra en el antiguo ugarítico con los mismos matices que en el Antiguo Testamento. Yatsaq aparece en la Biblia hebraica un poco más de 50 veces. El vocablo aparece por primera vez en Gén. 28:18, donde se dice que, después que Jacob durmió en Betel con la cabeza recostada sobre una piedra, «derramó aceite sobre ella». Veinte años después vuelve a «derramar» aceite sobre un «pilar» de piedra en Betel al regresar a casa (Gén. 35:14 LBA). La idea que se expresa en estos dos casos y en otros (Lev. 8:12; 21:10) es ungir con aceite. Este no es el vocablo que generalmente se traduce «ungir». (El término corriente para «ungir» es mashaj, del cual proviene la palabra «mesías».)

Muchas cosas pueden «verterse», tales como el aceite de sacrificio (Lev. 2:1), el agua para lavar (2 Reyes 3:11) y potaje para comer (2 Reyes 4:41). Se usa el verbo para expresar la idea de «verter» o «fundir» metales (Éx. 25:12; 26:37; 1 Reyes 7:46). El concepto de «derramar» se encuentra en Sal. 41:8: «Algo abominable se ha derramado sobre él. El que cayó en la cama, no se volverá a levantar» (RVA). El contexto al parecer sugiere inocular una enfermedad, como lo interpreta la RV: «Cosa pestilencial de él se ha apoderado».

Shapak (8210, שָפַךְ), «derramar, verter». Este es un verbo semítico común que se encuentra en el antiguo acádico y ugarítico y a lo largo del hebreo. Shapak aparece un poco más de 100 veces en el texto de la Biblia hebraica. La primera vez que se usa en el Antiguo Testamento, el vocablo forma parte del principio general sobre el respeto a la vida humana: «El que derrame sangre de hombre, su sangre será derramada por hombre» (Gén. 9:6). Aunque se usa a menudo con este sentido de «derramar» sangre, el uso común del término tiene que ver con «verter» el contenido de un receptáculo, p. ej. agua (Éx. 4:9; 1 Sam. 7:6), raspaduras de yeso (Lev. 14:41) y libaciones ofrecidas a falsos dioses (Isa. 57:6).

Metafóricamente, shapak señala el «derramamiento» de la ira de Dios (Oseas 5:10), del desprecio (Job 12:21), de la maldad (Jer. 14:16) y del Espíritu de Dios (Ezeq. 39:29). El salmista describe su condición de abandono con esta frase pintoresca: «Derramado como el agua» (Sal. 22:14 RVA, LBA, NRV; «como el agua que se vierte» BJ; «como agua derramada» NBE; «Heme escurrido como aguas» RV).

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