DECIR, PRONUNCIAR, RESPONDER

A - Verbos

˒Amar (559, אמַַר), «decir, hablar, relatar, ordenar, responder». Este verbo se encuentra en todas las lenguas semíticas. Aunque está en todos los períodos de estas lenguas, significa «decir, hablar» únicamente en los así llamados dialectos semíticos «nordoccidentales» (excepto el ugarítico) y en arameo. Por lo demás, significa «decir» o «ver». El término se usa unas 5.280 veces en el Antiguo Testamento hebreo.

˒Amar se refiere sencillamente a la comunicación oral. Generalmente el vocablo implica la comunicación directa («decir»), aunque puede usarse también para la comunicación indirecta («hablar»).

Por regla general, el sujeto del verbo es alguna persona: un ser humano (Gén. 2:23) o Dios (Gén. 1:3: primera mención del verbo). Contadas veces animales (Gén. 3:1) o, metafóricamente, objetos inanimados «dicen» alguna cosa (Jueces 9:8ss). El término tiene muchas connotaciones que requieren, particularmente en algunos pasajes, una traducción adecuada (p. ej., «responder», o sea, «decir en respuesta a»), como se puede apreciar en las diferentes versiones. En Gén. 9:8 leemos: «Dios habló a Noé» (RVA, LBA; «dijo» NRV, BJ, NBE, BLA, LVP); en este caso no se aclara el contenido específico de la comunicación. En Gén. 22:2 Abraham debe ofrecer a Isaac «sobre uno de los montes» que Dios le «dirá» (RVA, LBA, BJ; «indicará» NBE, BLA; «señalará» LVP). Moisés pide permiso al faraón para que Israel vaya a ofrecer sacrificios a Dios como Él «manda» (Éx. 8:27 LBA; «ordene» LVP; «dice» RV, RVA, NRV). El impacto de la comunicación divina es más que una simple declaración. Tiene autoridad.

Además de estas connotaciones frecuentes, ˒amar se traduce con muchos vocablos que representan varios aspectos de la comunicación oral; como «asignar» (1 Reyes 11:18 LBA; «señalar» RV; «prometer» RVA; «regalar» LVP), «mencionar» (Gén. 43:27 RVA), «llamar» (Isa. 5:20 RVA, LBA) y «prometer» (2 Reyes 8:19). Aunque no siempre se traduce de esta manera, el término puede implicar el hecho de pensar dentro de sí mismo (Gén. 44:28) y la intención de actuar (Éx. 2:14).

Cuando se trata del «hablar» divino, el verbo puede referirse a una simple comunicación (Gén. 1:26). Sin embargo, encontramos a menudo un sentido más pleno donde el «decir» de Dios efectúa lo que dice (cf. Gén. 1). La frase «así ha dicho el Señor», tan frecuente en los profetas, se ha analizado como una fórmula de uso frecuente en mensajes. Se han encontrado cartas en el Medio Oriente, en Mari (1750–1697 a.C.) y Amarna (1400–1360 a.C.), por ejemplo, que contienen una fórmula similar. Las cartas de hoy comienzan con un «Estimado Señor», pero los mensajes divinos concluyen con «así ha dicho el Señor». La Biblia reconoce que detrás del hablar divino hay autoridad y poder.

La Septuaginta traduce este verbo mediante más de 40 vocablos griegos diferentes y con mayor frecuencia con lego («decir») y eipen («él dijo»).

Ne˒um (5002, נְאֻֻם), «decir, pronunciar una afirmación». El término es un derivado del verbo na˒am, que aparece en un solo pasaje en todo el Antiguo Testamento: «He aquí, estoy contra los profetas, declara [ne˒um] el Señor, que usan sus lenguas y dicen [na˒am]: «El Señor declara [ne˒um]»» (Jer. 23:31 LBA). El vocablo ne˒um aparece unas 361 veces, siendo característico de los pronunciamientos proféticos, por lo que es frecuente en estos libros.

Ne˒um es un indicador que generalmente aparece al final de una cita: «¿Qué motivos tenéis para aplastar a mi pueblo y moler las caras de los pobres?», dice [ne˒um] el Señor Jehová de los Ejércitos» (Isa. 3:15 RVA). El vocablo puede también aparecer en medio de un argumento: «Levanté profetas de vuestros hijos, y nazareos de vuestros jóvenes. ¿No es esto así, hijos de Israel?, dice [ne˒um] Jehovah. Pero vosotros disteis de beber vino a los nazareos y a los profetas mandasteis diciendo: ¡No profeticéis!» (Amós 2:11-12 RVA).

B - Nombres

˒Emer (561, אֵמֶֶר), «palabra, habla». Este nombre aparece 48 veces. ˒Emer se refiere a «palabras» en Prov. 2:1: «Hijo mío, si aceptas mis palabras y atesoras mis mandamientos dentro de ti».

Hay varios otros nombres que se relacionan con el verbo ˒amar. ˒Imrah, que se encuentra 37 veces, también quiere decir «palabra, habla». Un caso de ˒imrah está en 2 Sam. 22:31 (cf. Sal. 18:30). El nombre ˒omer se halla 6 veces y significa «palabra, habla, promesa» (Sal. 68:11; Hab. 3:9). Ma˒amar y me˒mar significan «palabra, mandamiento». Ma˒amar aparece 3 veces (Est. 1:15; 2:22; 9:32) y me˒mar 2 veces (Esd. 6:9; Dan. 4:17).

Ne˒um (5002, נְאֻֻם), «pronunciamiento; dicho». El uso de ne˒um es poco usual al inicio de una afirmación como la siguiente: «Dice el Señor a mi Señor [literalmente, «una declaración de Jehová a mi Señor»]: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies» (Sal. 110:1 LBA).

Con una excepción (Prov. 30:1) en los dichos de Agur, el uso del término a lo largo del Antiguo Testamento esta prácticamente limitado a la palabra que proviene de Dios. En Números los pronunciamientos de Balaam se introducen con la fórmula «y comenzando su profecía»: «Oráculo de Balaam, hijo de Beor, y oráculo del hombre de ojos abiertos» (Núm. 24:3 LBA; cf. Núm. 24:15). La última declaración de David comienza de la siguiente manera: «Estas son las últimas palabras de David: Or̆culo de David, hijo de Jesé, or̆culo del hombre puesto en alto, el ungido del Dios de Jacob, el suave salmista de Israel» (2 Sam. 23:1 BJ). De casos como estos no hay muchos; pero por regla general, ne˒um es un término profético, que aun en la literatura no profética está relacionado con un pronunciamiento divino.

La Septuaginta ofrece las siguientes traducciones: legein («pronunciamento oral») y hode (con referencia a lo que sigue, p. ej., «esto es lo que… dice»).

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