ALUMBRAR

A - Verbo

˒Ôr (216, אור), «ser luz, rayar (despuntar) el alba, alumbrar, encender». Este verbo se encuentra también en acádico y cananeo. Aunque el vocablo acádico urru significa «luz», por lo general se refiere a «día».

˒Ôr quiere decir «rayar el alba» en Gén. 44:3: «Cuando rayó el alba, fueron despedidos los hombres con sus asnos». El término significa «alumbrar» en Núm. 8:2: «Las siete lámparas deberán alumbrar hacia la parte delantera del candelabro».

B - Nombres

˒Ôr (216, אור), «luz». El primer caso de ˒ôr está en el relato de la creación: «Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz» (Gén. 1:3). En este caso, la «luz» es lo contrario de «tinieblas». La contraposición de «luz» y «tinieblas» no es un fenómeno aislado. Aparece a menudo como un mecanismo literario: «¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!» (Isa. 5:20); también: «Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar: entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz» (Isa. 5:30). Varios antónimos de ˒ôr se usan en hebreo en construcciones paralelas: «El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz: los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos» (Isa. 9:2).

˒Ôr significa básicamente «el amanecer» (cf. Gén. 1:3). Según la forma de pensar de los hebreos, el «día» comenzaba al salir el sol: «Es como la luz matutina cuando sale el sol en un amanecer sin nubes; es como el resplandor tras la lluvia que hace germinar la hierba de la tierra» (2 Sam. 23:4). La luz de los astros también se conocía como ˒ôr: «Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día en que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que Él causó» (Isa. 30:26).

Metafóricamente, ˒ôr significa la vida en contraposición a la muerte: «Porque has librado mi vida de la muerte y mis pies de la caída, para que ande delante de Dios en la luz de la vida» (Sal. 56:13). Andar en el «resplandor» del rostro de un superior (Prov. 16:15) o de Dios (Sal. 89:15) expresa una vida gozosa y bendecida con una calidad de vida más intensa.

El creyente tiene la seguridad de la «luz» de Dios aun en períodos de dificultad; cf. «Tú, enemiga mía, no te alegres de mí. Aunque caí, me levantaré; aunque more en tinieblas, el Señor será mi luz» (Miq. 7:8 NRV; cf. Sal. 23:4).

En la Septuaginta ˒ôr se traduce de muchas formas, de las cuales la más frecuente es phos («luz»).

El nombre ˒ûr significa «brillo». El término aparece poco y una vez en Isa. 50:11: «He aquí que todos vosotros encendéis el fuego y prendéis las antorchas. ¡Andad a la luz de vuestro propio fuego, y de las antorchas que habéis encendido!» (RVA).

˒Ôrah se refiere a «luz», como en Sal. 139:12: «Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día. Lo mismo te son las tinieblas que la luz».

Ma˒ôr también quiere decir «luz». Este nombre se encuentra unas 20 veces. En Gén. 1:16 ma˒ôr aparece más de una vez: «E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para dominar en el día, y la lumbrera menor para dominar en la noche. Hizo también las estrellas» (RVA).

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