ABOMINACIÓN

A - Nombre

Tô˓ebah (8441, תועֵבה), «abominación; asqueroso, cosa detestable». Aparecen cognados de este vocablo únicamente en fenicio y en el arameo del tárgum. La palabra aparece 117 veces en todos los períodos.

Primero, tô˓ebah define a las personas y los objetos como esencialmente únicos en el sentido de ser «peligrosos», «siniestros», «repulsivos» y «abominables» desde la perspectiva de otros. Este significado lo vemos por primera vez en Gén. 43:32: «Los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es abominación a los egipcios». Debido a sus diferencias culturales o sociales, a los egipcios les repugnaba comer pan con extranjeros (cf. Gén. 46:34; Sal. 88:8). Otra ilustración clara de este choque fundamental de voluntades aparece en Prov. 29:27: «Abominación es a los justos el hombre inicuo; y abominación es al impío el de caminos rectos». Al referirse a Dios, el término adquiere un matiz particular: describe a personas, cosas, hechos, relaciones y características que le son «detestables» o «abominables» porque son contrarias a su naturaleza. Dios abomina lo que tiene que ver con muerte e idolatría: «Nada abominable comerás» (Deut. 14:3). Los que tienen hábitos que Dios aborrece también le son detestables: «La mujer no llevará ropa de hombre, ni el hombre se pondrá vestidos de mujer, porque el que hace esto es una abominación para Yahveh tu Dios» (Deut. 22:5 BJ). Lo contrario de tô˓ebah son reacciones como «deleite» y «amor» (Prov. 15:8, 9 LBA).

En segundo lugar, tô˓ebah se usa en algunos contextos para describir prácticas y objetos paganos: «Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es abominación a Jehová tu Dios; y no traerás cosa abominable a tu casa» (Deut. 7:25, 26). En otros contextos, tô˓ebah describe repetidos fracasos en la observación de los reglamentos divinos: «Porque vuestro tumulto es mayor que el de las naciones que os rodean, porque no os habéis conducido según mis decretos ni habéis observado mis normas, y ni siquiera os habéis ajustado a las normas de las naciones que os rodean… a causa de todas tus abominaciones» (Ezeq. 5:7, 9 BJ). Tô˓ebah puede representar los propios cultos paganos, como en Deut. 12:31, o el pueblo que los practica: «Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yahveh tu Dios y por causa de estas abominaciones desaloja Yahveh tu Dios a esas naciones delante de ti» (Deut. 18:12 BJ). Por otro lado, si los israelitas son culpables de tales idolatrías, su fin será peor que el cautiverio: ser apedreados hasta la muerte (Deut. 17:2-5).

En tercer lugar, tô˓ebah se usa en la esfera de la jurisprudencia y de las relaciones familiares y tribales. Ciertos actos o características destruyen la armonía social y familiar; a estos actos y a las personas que los practican se les aplica el término tô˓ebah: «Seis cosas hay que aborrece Yahveh, y siete son abominación para su alma: ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, corazón que fragua planes perversos… y el que siembra pleitos entre los hermanos» (Prov. 6:16-19 BJ). Dios dice: «Abominación a los hombres [es] el escarnecedor» (Prov. 24:9), porque siembra su amargura entre el pueblo de Dios, quebrantando la unidad y la armonía.

B - Verbo

Ta˓ab (8581, תָעב), «detestar o tratar como detestable, causar que sea una abominación, actuar en manera abominable». Este verbo aparece 21 veces, comenzando con Deut. 7:26: «No traerás cosa abominable a tu casa».

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