La indiferencia hacia Cristo


person Autor: Sin mención del autor


Fuente: Testimonio actual 9:207; 2:30-31

«Ni eres frío ni caliente. ¡Quisiera que fueras frío o caliente!» (Apoc. 3:15).

La mundanidad y el espíritu terrenal han cegado el espíritu y endurecido los corazones de los cristianos de hoy en un grado del cual muy pocos tienen una idea. Estoy persuadido de que hay muy pocos casos que afecten la seguridad y el bienestar de la Iglesia de Dios que puedan dejarse a la apreciación de la masa de creyentes. ¿Sobre quién podemos hacer caer la carga de la responsabilidad de alguien en cuanto a la espiritualidad del caminar y la conducta de los santos? En innumerables casos, he comprobado que los afectos por la persona de Cristo no eran lo suficientemente fuertes como para que los cristianos se indignen por los insultos que le eran dirigidos abiertamente –y que no tenían ni el corazón ni los pensamientos para diferenciarse de lo que era una expresión de indiferencia hacia él… Muchos pueden luchar ardientemente por el amor de los hermanos, y resentir acaloradamente una falta en este sentido y, sin embargo, permanecer impasibles cuando la verdad de Dios, en la que se fundamenta, se intenta socavar... Pensamos menos en el deshonor hacia el Señor que en la falta de respeto de los unos hacia los otros.


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